Tercera Jornada Internacional de Fomento a la Lectura en las Bibliotecas Universitarias

*La biblioteca es un espacio de aprendizaje que seguirá siendo un pilar para la circulación social del conocimiento.

*La importancia de fomentar la lectura tiene la finalidad de lograr que las personas se conviertan en mejores ciudadanos, entre otros múltiples aspectos.

Los videos de esta actividad se encuentran disponibles en:

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A lo largo de tres días de intenso trabajo, se efectuó la “Tercera Jornada Internacional de Fomento a la Lectura en las Bibliotecas Universitarias: La lectura transforma comunidades y cierra brechas”, realizada en el marco del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor (23 abril), por la Dirección General de Bibliotecas y Servicios Digitales de Información (DGBSDI), la Unidad Académica de Estudios Regionales (UAER), de la Coordinación de Humanidades de la UNAM, y otras instancias académicas, que en su conjunto lograron conformar un extenso y variado programa de trabajo.

En este sentido, durante la ceremonia inaugural la directora general de Bibliotecas y Servicios Digitales de Información, doctora Elsa Margarita Ramírez Leyva, destacó que la Unesco realizó un informe en 2005 enfocado en la sociedad del conocimiento -en el entendido de que todo mundo tiene derecho al conocimiento-, en donde se afirma que el aprendizaje es un proceso fundamental para equilibrar a las sociedades, relativo a las brechas que tienen que ver con las carencias en el proceso educativo, el analfabetismo y la falta de lectura para el desarrollo humano, que a su vez involucran aspectos cognitivos, culturales, sociales y económicos.

Añadió que dicho organismo ha señalado que las bibliotecas se pueden convertir en protagonistas fundamentales del desarrollo al favorecer la reducción de la polarización que todavía persiste en el mundo. También, se destaca que la biblioteca es un espacio de aprendizaje -desde el bibliobús hasta el gran complejo arquitectónico contemporáneo-, que seguirá siendo un pilar para la circulación social del conocimiento y un factor de vitalidad para las redes de aprendizaje.

En este sentido, recordó que el círculo de lectura implementado por la UAER es un ejemplo de que la biblioteca puede ser un espacio para crear sociabilidades, ante el riesgo de que las personas le dediquen más tiempo a la pantalla que a la lectura. Es por ello que los círculos de lectura fomentan la creación de comunidades que dialogan, se apoyan y comparten experiencias para desarrollar un aprendizaje colectivo y colaborativo. Concluyó su discurso señalando que:

“La lectura puede establecer un diálogo intergeneracional, el cual promueve la vinculación de las distintas generaciones y, también como dice el título, con todo, la biblioteca contribuye a reducir las brechas en la lectura, la información, la educación y el aprendizaje, -que hoy se promueve a lo largo de la vida-. No aprendemos de una vez y para siempre, porque los cambios constantes en nuestro mundo nos obligan a tener que estar aprendiendo constantemente, y ahí está la biblioteca para dar esta oportunidad.”

En su oportunidad, la coordinadora de la UAER, doctora Adriana Sandoval Moreno, advirtió con preocupación sobre lo que reportó para este año el Módulo sobre Lectura del INEGI, en donde se muestra que se leyó menos; específicamente en la lectura infantil se anotó que la población no lectora presenta una mayor carencia de estímulos para la lectura durante la infancia, pues un 83% declaró que sus padres o tutores no los llevan a las bibliotecas ni a las librerías; un 79.7 por ciento dijo que sus padres no leían y un 68.3 por ciento dijo que no veían leer a sus padres. Lo cual invita a reflexionar en torno a estos focos rojos sobre lo importante que es acercar a los pequeños a los libros en las bibliotecas, advirtió la funcionaria.

“En el contexto escolar en nuestro país, y aquí, concretamente en nuestra región donde estamos en el noroccidente de Michoacán, hemos identificado claramente que las brechas persisten, especialmente en los espacios rurales donde no se tiene una biblioteca, pues algunas apenas tienen unos cuantos anaqueles con un número muy limitado de libros; sin embargo, a las niñas y los niños en su mayoría les gusta leer, así nos lo expresaron”.

En este sentido, señaló que en su dependencia, como una forma de cerrar las brechas, llevó a cabo una jornada de cinco días de lectura en voz alta, en la cual participaron ocho escuelas públicas -en su mayoría rurales-, logrando congregar un aproximado de 960 niñas y niños. A la par, lograron ubicar a la lectura como un canal para tratar problemas que se están presentando en las escuelas, como son: la violencia de género, la violencia familiar, la inseguridad, así como el bullying y la migración. También, se identificaron deficiencias de lectura, de escritura y de comprensión entre los infantes.

Por último, Adriana Sandoval dijo que es necesario sumar voluntades y experiencias, además de libros para que sean entregados a las escuelas rurales, donde tienen interés de tener una biblioteca, pero desafortunadamente no cuentan con libros. Para que, de esta forma, se transformen las comunidades y se cierren brechas como, ya se mencionó.

Posteriormente, se contó con la participación del doctor Héctor Claudio Farina Ojeda, profesor del Centro Universitario de la Ciénega, de la Universidad de Guadalajara, quien mencionó que en los tiempos de la vieja biblioteca de Alejandría uno de los tesoros más grandes que había era el poder acceder a una biblioteca y encontrar restos de papiros, restos de libros, textos que podrían ser sagrados o curiosos, que eran considerados como parte de un gran botín de guerra, pues de acuerdo con lo que cuenta la historia del libro, hubo un tiempo en que se hacía la guerra para hacerse de libros y llevar el conocimiento a las comunidades, para así poder tener mayores oportunidades en un mundo antiguo donde la vida era bastante precaria.

El especialista señaló lo anterior, a propósito de la disminución del nivel de lectura en México, el cual sufrió una caída del 12 por ciento, llegándose a ubicar en un 68 por ciento en promedio total. Añadió que, en una economía tan desigual como la mexicana, no es casualidad que se presenten niveles bajos en la lectura, pues advirtió que sí se piensa en la forma en que el nivel de lectura de una comunidad o población puede llegar a cambiar la historia de un país, entonces hay que ver las estadísticas para saber qué países leen más.

Y como punto de referencia, dijo que históricamente Noruega era un país pobre, a pesar de tener como vecino a Suecia, -que siempre fue un país rico-, pero tras el hallazgo de petróleo en 1969 sus gobernantes tuvieron la visión de destinar las ganancias de la producción petrolera hacia el rubro de la educación y la salud.

“De este modo, en menos de treinta años se convirtieron en un país con un alto nivel de desarrollo y bienestar para su población, lo cual hace pensar que al adquirir un alto índice lector, al igual que Suecia, dicha política social le posibilitó a su población contar con las mismas oportunidades de crecimiento. En este sentido, la lectura tiene un poder transformador tan grande que hace que uno tienda a tomar la decisión que considere más importante, a partir de la información a la que se ha tenido acceso”.

Por otro lado, en el segundo día de la Jornada fueron vinculados los trabajos del II Congreso Iberoamericano de Universidades Lectoras: Imaginarios de la paz y la palabra, y para su desarrollo se contó con la participación del coordinador general de la Red de Universidades Lectoras, doctor Eloy Martos Núñez, quien trabajó en colaboración con el doctor Alberto E. Martos García, de la Universidad de Extremadura, para presentar la conferencia magistral titulada “Las lecturas ecológicas como medio de promover la cultura de la paz: revisión de imaginarios del agua”.

Al respecto, el doctor Martos habló de algunos conceptos sobre el enfoque moderno de la llamada lectura ecológica, y dijo que en la actualidad existen muchas preconcepciones relacionadas con el tema a tratar, y por ello es necesario aprender a desaprender, pues casi todo lo que se ha dicho sobre medio ambiente -y los propios mitos, en este caso sobre aspectos literarios- en muchas ocasiones son falsos, por ejemplo, las representaciones que se han realizado en torno al campo, no son como se pintan, pues generalmente se presenta una vida pastoril alegre y tranquila, pero en la realidad las condiciones de vida del ganadero y del agricultor en el campo son muy duras.

Luego, el doctor Eloy Martos se refirió a la educación ambiental actual, la cual se centra en el reciclaje y en el estudio del ciclo del agua, lo cual resulta insuficiente porque realmente es necesario hablar sobre la cultura del agua en toda su inmensa riqueza y variedad, pues en cada país se aborda de manera distinta, lo cual ha dado lugar a una serie de historias.

“Por tal motivo, se necesita contar con una mirada transdisciplinar para poder entender los hechos complejos como los que estoy trabajando ahora, que tienen que ver con las damas del agua, que son personificaciones femeninas de todas las culturas; por ejemplo, las sirenas que eran seres que entonaban canciones arrebatadoras que podían llegar a confundir a los marineros, pues no se les veía, y tal parecía que lo que cantaba era el agua para contar historias. Que para la mitología sólo eran luces y sonidos, como una especie de ecología animada, porque la naturaleza habla de esta forma aunque muchas veces los seres humanos no se percaten de ello”.

El especialista aclaró que dichas sirenas eran seres duales, algunas veces podían llegar a ser terribles, como el agua misma que fertiliza pero también inunda y destruye, no es simplemente una fabulación.

“Realmente el agua tiene dos caras o frentes, como la visión que tuvo el profeta Ezequiel cuando decía que las aguas fluirían por debajo del templo en Jerusalén, haciéndose cada vez más caudalosas hasta convertirse en un río que desaguó en el Mar Muerto, para darle vida por medio de la vegetación y los peces. Como lo que pasa actualmente tras la destrucción que causan las aguas con las inundaciones, luego persisten las aguas que fertilizan y hacen que florezca la vida”.

Finalizó al señalar en este sentido que se necesitan nuevos ecologismos que busquen un nuevo equilibrio ecosocial, que no se basen en los valores caducos; por el contrario, que se utilice la lectura para hablar del medio ambiente y despertar la sensibilidad ecológica.

En su oportunidad, la doctora Sandra Lorenzano Schifrin, de la Dirección de Cultura y Comunicación para la Igualdad, de la Coordinación Universitaria para la Igualdad de Género de la UNAM, durante su conferencia magistral denominada “Voces para la paz: por una literatura del encuentro y la hospitalidad”, indicó que próximamente se cumplirán 90 años -1933- de la terrible quema de libros realizada por los nazis en Berlín, -bajo el marco de la consolidación del nacionalsocialismo como una fuerza cada vez más excluyente y violenta-, y en otras ciudades alemanas donde ardieron las obras de autores considerados nocivos –socialistas y comunistas- para Alemania, pero que en realidad eran obras de grandes autores como Marx y Lenin, entre otros más.

A propósito de este hecho, la ponente se refirió a una frase muy reveladora: “Donde se queman libros se termina quemando también a la gente”, para ubicarla como una especie de anuncio o presagio del asesinato de casi seis millones de judíos, conocido como el Holocausto.

“Algo similar ya había hecho Torquemada en la España de Isabel la Católica, y también Fray Diego de Landa en la Nueva España con la quema de códices mayas; pareciera que la intolerancia y la censura han sido una constante a lo largo de la historia. A pesar de todo, la palabra poética renace una y otra vez en favor de la paz”.

Y señaló que es difícil alcanzar la paz cuando se les obliga a las personas a dejar su tierra natal, su vida y sus ilusiones, así se hable de la Alemania de Hitler, de la dictadura en Argentina, de los desaparecidos en América Latina, o de los de México y de los migrantes africanos; todos son actos de brutalidad que se repiten una y otra vez. Al final de cuentas, todo arde bajo la misma brutalidad, incluso los libros infantiles, la teoría de conjuntos y la poesía, porque a los gobernantes les resulta peligroso que la gente desarrolle su inteligencia y su potencial humano.

“Apropiarnos de las palabras nos permite explicar el mundo. Es por ello, que me interesa que la literatura les muestre a los chichos la capacidad disruptiva de la palabra literaria, su capacidad de trasgresión y rebelión, lo cual los incitaría a acercarse por sí mismos a los libros”.

Por último, Sandra Lorenzano habló de dos proyectos colombianos que buscan fortalecer el tejido social y le dan a la escucha un papel fundamental, porque se convoca a que la comunidad alce la voz. El primero se llama “Cartas de persistencia”, en donde se les invitó a las personas a que escribieran cartas para compartir sus testimonios relacionados con la violencia doméstica, el conflicto armado, el secuestro, las experiencias de vida, los miedos, dentro de muchos temas más.

El segundo proyecto, dijo que fue denominado “Los niños piensan la paz”. El cual refiere a que después de décadas de guerra en Colombia, y ante una promesa de un acuerdo para ponerle fin, se convocó a los niños para saber qué pensaban sobre la paz. Y entre la variedad de respuestas los niños hablaron de las armas, del abandono, el hambre, el reclutamiento para la guerra, la desesperanza, la pérdida de sus seres queridos y el clamor por una vida más sana para poder vivir en paz.

Para el cierre del tercer y último día de la Jornada se contó con la participación de la maestra Ana Arenzana, de la Asociación Mexicana de Promotores de Lectura, quien presentó la conferencia “Más allá de los espacios tradicionales de lectura”. Al respecto señaló que la cultura escrita tiene incidencias muy importantes en el desarrollo del pensamiento, debido a que es la actividad que logra convertir a cualquier objeto en un objeto de reflexión, y la escritura convierte al lenguaje en un objeto de reflexión.

“El lenguaje se usa para representar el mundo y tomar conciencia de él, y la escritura se usa para representarlo, permite reflexionar y hacer conciencia de él; en tal sentido, al leer el lenguaje escrito se toma conciencia del mundo y de las palabras. Por lo tanto, debemos entender a la cultura escrita como un bien público y como un medio para la construcción individual y colectiva de una sociedad democrática”.

Con fundamento en los anteriores conceptos, afirmó que es necesario contar con espacios para poder promover la lectura y dar acompañamiento para la formación de lectores, porque es importante que cada miembro de la sociedad sea capaz de leer y escribir, pues el hecho de leer es bueno en sí mismo. Independientemente de que sea una fuente de placer es una actividad vital para el ser humano, como lo podría ser el comer, el vestirse y tener salud.

“Estoy segura de que esos espacios alternativos llamados clubes y círculos de lectura están trabajando en el sentido de que las personas puedan reconocerse y tener arraigo en su comunidad. Leer y comunicarse consigo mismo y con los otros permite cierto nivel de encuentro, de comprensión de lo íntimo y de lo público”.

Por otro lado, el programa académico incluyó conversatorios, mesas de trabajo, cápsulas y un cine-debate, en donde se tuvo la oportunidad de exponer importantes iniciativas, como la promoción de la Agenda 2030, por parte de las bibliotecas, las asociaciones internacionales y nacionales como la Asociación Mexicana de Bibliotecarios y la misma DGBSDI, que ha promovido diversas iniciativas como el proyecto “LEAN. Lectura en voz alta, narración oral y escritura creativa”, y diversos talleres que han convocado un número aproximado de 737 asistentes.

Y se concluyó que la importancia de formar lectores tiene la finalidad de lograr que las personas se conviertan en mejores ciudadanos, y que tengan una mayor capacidad de comprender lo que leen y una mejor capacidad de expresar sus pensamientos.

Reseña informativa: María del Rosario Rodríguez León