Ciclo de conferencias: 'Alfabetización informacional y la integridad académica'

*La ALFIN, desde los años setenta ha adquirido más importancia en el campo de la bibliotecología y de la información.

*Las capacidades informativas son indispensables en la formación de todos los niveles educativos, al igual que en las actividades académicas y profesionales.

*Hoy tenemos una gran cantidad de información y muchas personas que comparten información falsa, de modo intencional y no intencional, esto provoca que haya mucha desinformación circulando por todo el mundo.

*En este sentido, la responsabilidad recae en el individuo, quien debe contar con la habilidad de saber distinguir entre la verdad y la falsedad de los hechos.

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En su discurso inaugural del Ciclo de conferencias: “Alfabetización informacional y la integridad académica”, la directora general de Bibliotecas y Servicios Digitales de Información (DGBSDI), doctora Elsa Margarita Ramírez Leyva, indicó que la Alfabetización Informacional (ALFIN), también conocida como el desarrollo de capacidades informativas, desde los años setenta ha adquirido más importancia en el campo de la bibliotecología y de la información, debido a que el entorno de esta última se ha tornado cada vez más complejo, tanto por el volumen como por la diversidad de contenidos escritos, multimedia y digitales. Pero, también por la información falsa que circula en los medios informáticos y digitales.

“A esto se suma la llamada Inteligencia Artificial (IA, por sus siglas en inglés), como la que estamos experimentando con el ChatGPT (Generative Pre-trained Transformer), el cual es un modelo de lenguaje que puede responder preguntas y redactar textos sin la intervención de las personas”.

En este sentido, advirtió que las capacidades informativas son indispensables en la formación de todos los niveles educativos, al igual que en las actividades académicas y profesionales, en las que cada vez más se deben gestionar grandes y diversos volúmenes de información para luego transformarlos en aprendizaje y conocimientos

La doctora Ramírez Leyva destacó que los valores éticos y la integridad académica deben ser parte de la responsabilidad y del uso de la información, como una parte fundamental de la educación de las generaciones del presente y del futuro. Quienes a su vez tendrán que aprender a identificar los riesgos que pueden propiciar los actos de plagio, así como el reconocimiento de la información falsa.

Concluyó al señalar que dichos aspectos son desafíos para la profesión bibliotecaria, ya que está comprometida con las comunidades usuarias; también es una oportunidad para apoyarlas en su formación a lo largo de la vida.

Posteriormente le fue concedida la palabra a la doctora Serap Kurbanoglu Sabriye, de la Universidad de Hacettepe, Turquía, experta en el tema, para que abriera el ciclo de conferencias magistrales con su ponencia titulada “Alfabetización en la desinformación. ¿Es hora de reconfigurar la enseñanza de la alfabetización informativa?”, en la que expresó que en nuestros días se debe hablar de la alfabetización en el ámbito de la desinformación. Y debido a que la ALFIN se ha analizado desde varios contextos, ahora es el momento para abordarla desde el ángulo de la desinformación, pues parece estar constituyéndose en un tema preocupante.

“Hoy tenemos una gran cantidad de información y muchas personas que comparten información falsa, de modo intencional y no intencional, esto provoca que haya mucha desinformación circulando por todo el mundo. En este sentido la responsabilidad recae en el individuo, quien debe contar con la habilidad de distinguir entre la verdad y la falsedad de los hechos, porque desafortunadamente una vez que se conforman las creencias falsas son muy difíciles de erradicar”.

La experta añadió que dicho proceso tiene mejores efectos y una gran efectividad gracias al uso de Internet porque la gente es más vulnerable ante la desinformación, pues implica una gran dificultad para corregir sus efectos nocivos. Pero lo más importante de este fenómeno consiste en conocer los mecanismos para poder prevenir y evitar los efectos de la desinformación.

“Ahora, en cuanto a este desorden informacional, incluye toda suerte de fuentes de desinformación, sea esta intencional o no. Donde la gente termina por formarse ideas erróneas, y la categorización o tipificación de esto nos permite el desarrollo de una mejor comprensión del ámbito informacional del mundo moderno. Hay tres categorías generales de este desorden informacional que son: la desinformación, la mala información y la información errónea, y la diferencia entre estos tres conceptos radica en la intención del daño que pueda provocar, aún sin estar consciente de ello”.

En este sentido, señaló que los deepfake son parte de una categoría de contenidos fabricados, por ejemplo, en los videos que se generan utilizando tecnologías a modo de imitar la cara y la voz de un individuo real, pero alterando su contenido.

Dijo que el contenido impostor constituye otra categoría importante dentro de este desorden informacional, es cuando alguien pretende ser una fuente noticiosa tomando el lugar de una marca o una institución real. Y el papel que juegan Internet y las redes sociales ha traído algunos cambios fundamentales en la manera en que se produce, comunica y distribuye la información. Por otro lado, hay herramientas que facilitan que cualquier persona pueda crear e intercambiar contenido a través de diversos canales y plataformas en línea.

En este orden de categorías, la doctora Serap Kurbanoglu indicó que, de acuerdo con los resultados de una investigación, se pudo saber que un 45% de los tweets enviados durante la pandemia fueron hechos por los bots, y lo más probable es que contenían información falsa, lo cual generó una preocupante manipulación de la información, pues no hay que perder de vista que se trata de un tema sanitario a nivel global.

Por último, se refirió a los algoritmos, que son un mecanismo muy poderoso y eficiente, porque supuestamente facilitan la vida de las personas, pero también son un tema preocupante debido a que ayudan y sustituyen a la inteligencia humana en las tareas de toma de decisiones, lo cual puede causar injusticias, sesgos humanos, el cambio de percepciones y decisiones, sin que las personas tengan conocimiento de ello porque esta actividad es llevada a cabo de forma imperceptible.

Por su parte, el doctor Jesús Lau Noriega, de la Universidad Veracruzana, presentó el trabajo titulado “Plagio, info-habilidades e integridad académica: Reflexiones, y percepciones estudiantiles”, estructurado en dos partes: una relativa a la parte conceptual, y la segunda referente a una encuesta internacional sobre integridad académica, dirigida por un investigador de Nueva Zelanda, en la cual le tocó al doctor Lau participar como representante de CETYS, una universidad privada ubicada en el estado de Baja California.

De esta forma, explicó que las dos partes del trabajo se fundamentaron en la integridad académica, porque va ligada a la honestidad, que a su vez es un valor muy importante, del cual se derivan otros valores como el respeto. En este sentido, afirmó que la integridad académica es el respeto a la propiedad intelectual, también entendida como el código moral o la política ética de la academia que tiene como objetivo la honestidad y el rigor académico en la investigación y las publicaciones.

“Cualidades opuestas al plagio, considerado como un delito intelectual, un robo de ideas, una suplantación de nombres, una falta de honestidad y la carencia total de ética académica”.

En este sentido Jesús Lau indicó que, una parte fundamental para que la comunidad estudiantil se conduzca de forma adecuada bajo un código de ética, es necesario que cuente con las habilidades informativas apropiadas para que le ayuden a localizar, recuperar, evaluar, usar y comunicar la información, no sin olvidar el respeto por la propiedad intelectual. De esta forma, el trabajo de investigación fue estructurado bajo las normas mexicanas en siete competencias que deben poner en práctica los alumnos con el apoyo y asesoramiento del bibliotecario y el profesional de la información.

Añadió que fueron tomados en consideración los valores de honestidad y respeto en la encuesta anteriormente señalada, la cual fue agrupada en nueve comportamientos de los estudiantes que incluían, entre otros aspectos, sus percepciones, creencias y comportamientos relacionados con la motivación y la integridad académica, y que, en el caso de CETYS, fue aplicada a su comunidad estudiantil para poder conocer los criterios de desaprobación del engaño, o el involucramiento de este entre compañeros de clase, relativos al préstamo de los llamados acordeones y permitir el copiado de tareas o exámenes, con la finalidad de poder determinar el dominio de los juicios morales (la honestidad), las obligaciones morales, o, en su caso, la desconexión moral (perder los juicios morales).

Para concluir dijo que, en el caso de las malas prácticas, son parte de la crisis que está viviendo en estos momentos la humanidad relativa al plagio académico, en gran medida motivado por los adelantos tecnológicos, que por un lado facilitan el plagio y por el otro facilitan la detección del mismo. En el primer caso se refirió al ChatGPT, diseñado para redactar texto libre, editar y recuperar información. Y para demostrar su funcionamiento obsequió al público asistente un programa de habilidades informativas para docentes, realizado por un bot, una actividad propia de los seres humanos, pero que ahora las máquinas son capaces de realizar en muy poco tiempo y sin necesidad de un gran equipo de trabajo.

En este orden de presentaciones, el director general de Estudios de Legislación Universitaria de la UNAM, doctor Daniel Márquez Gómez, realizó un breve recorrido histórico relativo al desarrollo de la tecnología para situarse en el contexto de la IA, en donde los algoritmos inteligentes logran resolver una serie de tareas que asisten a las personas en su día a día, a través de técnicas como el machine learning, los algoritmos genéticos, el reconocimiento facial y de patrones, entre otros aspectos.

“Las universidades, los centros de investigación, los gobiernos y las empresas deberían empezar a reconocer el impacto que tienen las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en la vida de las personas y la posible sustitución de las tareas humanas”.

En este sentido, dijo que en el proceso de programar las computadoras para que posean la facultad de simular el comportamiento humano en aspectos complejos de naturaleza cognitiva, social, colaborativa, incluyendo los aspectos emocionales, ya se están generando los robots de compañía.

Luego, el doctor Daniel Márquez se refirió a la ALFIN, la cual ayuda a entender los aspectos éticos y legales mediante el uso de la información adecuada, incluyendo la privacidad y la protección de datos, la libertad de expresión y el acceso abierto a la información, entendida esta como un derecho humano universal.

Finalizó su intervención al señalar que la ALFIN puede ser considerada como educación a lo largo de la vida, formación para los adultos y una forma de interactuar con los niños y transformarlos en buscadores críticos de la información para que sean capaces de identificar las noticias falsas.

En su oportunidad, el maestro Camilo Ayala Ochoa, de la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial, de la UNAM, presentó la ponencia titulada “Alfabetismos aumentados y editores disminuidos”, en la cual señaló que en la actualidad la forma tradicional de leer ha evolucionado a otra clase de lectura porque las personas dedican una gran cantidad de su tiempo a escribir y leer mensajes en sus dispositivos electrónicos, como lo muestran las cifras, pues, en comparación con la lectura de libros impresos la gente utiliza en promedio 6.5 horas a esta actividad, y en el caso de la llamada Generación Z se sabe que revisan sus celulares por lo menos unas 58 veces al día, y dedican un promedio de 9 horas de inmersión en el ciberespacio.

“Esto nos lleva a pensar en otros tipos de alfabetismo, como el transmedia. El cual se entiende como un conjunto de habilidades, prácticas, valores y estrategias de aprendizaje desarrolladas y aplicadas en el contexto de la nueva cultura colaborativa, en donde se cree que los jóvenes editan, producen contenidos, realizan cápsulas, elaboran memes e intervienen textos, entre otras actividades dentro de la escuela, pero en mayor cantidad fuera de ella, a excepción de los jóvenes que viven en países en vías de desarrollo y que no cuentan con la formación y la tecnología adecuada.”

Para ilustrar este nuevo contexto social presentó una serie de libros como el de “Generación idiota. Una crítica al adolescentrismo”, en el cual el autor, Agustín Laje señala que las ideologías centradas en la adolescencia del siglo XXI están en auge y controlan y gobiernan el mundo, e inspiran los cambios de nuestro lenguaje; de igual forma dominan el imaginario postindustrial y el sistema de consumo.

Por lo que toca al libro “101 derivas en la educación digital”, de Alejandro Piscitelli, en este se indica que un ser educado en estos momentos tiene que ser competente en distintos niveles de alfabetismos, pasando a conocer la realidad desde el storytelling hasta los gráficos, basados en un enfoque de multialfabetismo.

Luego, se centró en la reconformación de la edición, una especie de nuevo escenario, pues anteriormente la edición estaba vinculada directamente con los profesionales del libro y el derecho de autor, pero que hoy, se sabe que las personas registran su nombre y su personalidad como una marca.

Camilo Ayala indicó que lo mismo sucede con los edificios, que al tener la categoría de marca registrada es necesario contar con un permiso para poder fotografiarlos. Y en el caso de los deportistas, modelos y hasta las creaciones culinarias de algunos chefs de renombre internacional se replica la misma situación.

“Otro aspecto de nuestra modernidad son los tokens no fungibles (NFT, por sus siglas en inglés), que usan tecnología de cadena de datos para representar un activo único en el mundo, los cuales brindan una garantía de originalidad, por ejemplo, en la música, la pintura y las novelas. Los cuales no necesitan registros porque son inalterables, no pueden ser divididos y su venta no incluye la cesión de los derechos de propiedad intelectual, como es el caso de la obra de Mike Winkelmann “Everydays: the First 5000 days”, que es una obra de 5 mil imágenes digitales realizada por un algoritmo”.

Por último, el ponente habló sobre las novedades tecnológicas aplicadas en el proceso editorial, como es el caso del papel ecológico hecho a base de arena, que soporta el agua y está diseñado más allá del papel digital y del reciclado; también sobre las tintas vegetales UV o UVI, que se mantienen en estado líquido hasta que son fijadas mediante rayos ultra violeta, y las tintas látex, formadas por partículas de pigmentos y partículas de polímeros sintéticos, entre otros novedosos productos.

Para finalizar el ciclo de conferencias, la doctora Estela Morales Campos, del Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información de la UNAM, presentó su ponencia titulada “Información, ética y el binomio biblioteca-escuela”, en la cual dijo que para un bibliotecólogo siempre es muy importante mirar hacia otras disciplinas, pues, a pesar de que la columna vertebral de la profesión es la bibliotecología, se trabaja con la información que atraviesa a todas las demás profesiones, convirtiendo así dicho trabajo en un aspecto multidisciplinario, porque se involucra con todas las áreas del conocimiento. En este sentido, la información puede estar presente en las patentes, en los videos, en los libros impresos y digitales.

Luego habló de los aspectos más básicos del trinomio biblioteca, escuela y la familia, donde intervienen ciertos valores como: el respeto, los principios morales, la intolerancia y la integridad académica.

“Para tener integridad académica hay que educarnos, para que a lo largo de los procesos educativos se adquieran valores para tener respaldo y saber comportarse en cualquier ámbito, y así poder ejercerlos en todos los ámbitos educativos, académicos y laborales. De igual forma se debe respetar la libertad de los demás sin atropellar sus derechos y contar con la formación para no permitir o ejercer la intolerancia”.

Finalmente, indicó que la biblioteca debe dar facilidad de acceso a la información y para eso tiene que apropiarse del conocimiento y dejar huella al hacer uso democrático de la información. Y si no se ejercita la lectura las personas no se pueden apropiar del conocimiento, y no tendrán la posibilidad de ser personas críticas y reflexivas.

En el marco de una estancia académica que realizó en la DGBSDI la doctora Serap Kurbanoglu, que también comprendió el ciclo de conferencias, la especialista impartió la actividad docente titulada “Taller para la actualización de la enseñanza de la Alfabetización Informativa”, dividido en dos partes: la teórica y la práctica. En la primera se refirió a la integridad académica considerada como la expectativa que se tiene para que los estudiantes, los investigadores y todos los miembros de la comunidad académica actúen con honestidad, porque no se trata solamente de un tema de plagio en materia de obras de carácter académico o intelectual, también incluye las trampas y la falta de honestidad. Luego habló del modelo de habilidades informativas como una herramienta muy útil en la enseñanza de la Alfabetización Informacional y en otros tipos de alfabetización, como la computacional, el pensamiento crítico, la creatividad, la evaluación y la alfabetización visual.

Con respecto a la parte práctica, después de mostrar diversos modelos de la ALFIN, y de acuerdo a cada definición, las cuales incluían algún elemento adicional, la doctora Kurbanoglu, fue armando su propio modelo y solicitó a los participantes del taller que realizaran uno propio con la intención de establecer diferencias o coincidencias.

Reseña informativa: María del Rosario Rodríguez León

Fotografías: Julio Zetter Leal