El bibliotecario profesional: cualidades y caracter�sticas
Aurelia
Orozco
Instituto de Biolog�a
Universidad
Nacional Aut�noma de M�xico
El tercer punto del
programa de catalogaci�n y clasificaci�n I, que es la materia que imparto en
el Colegio de Bibliotecolog�a de la Facultad de Filosof�a y Letras de la UNAM,
se refiere a la importancia del bibliotecario dentro de la organizaci�n y
servicios de la biblioteca cualidades y requisitos que debe tener.
Un bibliotecario
profesional indiscutiblemente debe poseer una s�lida formaci�n acad�mica,
dominar el aspecto t�cnico como la catalogaci�n, clasificaci�n, asignaci�n
de encabezamientos de materia, elaboraci�n de bibliograf�as, dominio de las
obras de consulta, etc.; los cuales deber� manejar con profesionalismo,
oportunidad y criterio.,
Precisamente, a lo largo
de la carrera mediante la acreditaci�n satisfactoria de las materias que
integran el Plan de Estudios, a trav�s de las pr�cticas dirigidas que se
tengan y de la experiencia que cada uno obtenga, es que tendr� la formaci�n
que reclama el bibliotecario profesional.
Las opiniones que voy a compartir con ustedes,
son producto de las reflexiones y observaciones que en forma muy personal he
realizado sobre los aspectos y actitudes que, a mi criterio, debe poseer el
bibliotecario. que contribuyen a que se manifieste como un profesional pleno,
que ejerza su carrera digna, eficiente y favorablemente no s�lo para bien. de los usuarios, de nuestro pa�s,
sino, por qu� no decirlo, para la misma profesi�n.
Los bibliotecarios
debemos poseer una cultura general bastante buena.
Esta nos es indispensable en el
proceso t�cnico de los materiales, para interpretar acertadamente las
necesidades de informaci�n de los usuarios, para orientarlos, etc.
El buen ejercicio
de la profesi�n reclama una profunda responsabilidad. En
esta �poca en la que f�cilmente se justifican hechos y actos insensatos, una
persona responsable y confiable es acogida por sus semejantes con respeto y cari�o.
La diversidad de
materiales con los que trabajamos, los diferentes tipos de usuarios que
atendemos y las actividades en las que participamos, hacen necesario el
conocimiento de otras lenguas, aparte de la vern�cula.
El entendimiento de otros idiomas amplia el espectro de informaci�n y conocimiento que podamos adquirir, tanto de los materiales bibliogr�ficos como de los colegas extranjeros. Esto influye directamente en nuestra formaci�n y en la calidad de servicios que brindamos.
El poseer una buena
memoria, es contar con un auxiliar valioso en todas las actividades que
realizamos: proceso de los libros, en la localizaci�n de informaci�n, para
recordar a un usuario confiable o a otro que no lo es, para evocar una
investigaci�n que se realiz� y que nos puede servir como referencia para la
que pensamos iniciar, etc.
El bibliotecario
debe tener buena letra, ortograf�a y redacci�n.
Estos aspectos se empezaron a descuidar en nuestro pa�s en la educaci�n
primaria a partir de la Reforma Educativa de 1962 y los malos resultados se est�n
resintiendo.
En verdad resulta
inconcebible que un bibliotecario tenga faltas de ortograf�a y peor todav�a,
su resistencia a consultar en el diccionario los t�rminos en los que tenga
duda, especialmente cuando redacta un documento que tiene que hacer llegar a sus
superiores, compa�eros o subordinados.
Una redacci�n
confusa generalmente implica pensamientos desordenados, conceptos poco claros y
definitivamente representa una limitante para el buen ejercicio profesional.
Hace tiempo le� un art�culo sobre una
investigaci�n que realizaron en Estados Unidos para detectar las causas y el
momento en que el bajo rendimiento escolar en dicho pa�s empez� a acentuarse
cada a�o. La conclusi�n a la que llegaron fue que el problema se inici� cuando a estos aspectos tambi�n se les
rest� importancia.
Hace
a�os, mucha gente conceb�a al bibliotecario como una persona solitaria, poco
sociable, afecto a permanecer en lugares cerrados y poco frecuentados.
Nada m�s alejado de la verdad. los bibliotecarios debemos caracterizarnos por nuestra sociabilidad y buen
trato, ya que la profesi�n exige que alternemos con alumnos proveedores
mensajeros investigadores, obreros, directores intendentes, escritores
secretarias, choferes,
premios nacionales maestros, editores campesinos. ni�os, etc.
Por consiguiente, si queremos
mantener buenas relaciones con todos, tenemos que respetarlos, ser amables y corteses, sin importarnos su
nivel acad�mico o status econ�mico-social.
Las relaciones
interpersonales se ver�n favorecidas si sabemos reconocer nuestros errores Y
limitaciones, y disculpar y aceptar las de los dem�s. Recordemos que como
humanos nadie est� exento de cometer fallas.
Al respecto recuerdo que el Dr. Ignacio Mantec�n, excelente maestro de
este Colegio, dec�a que los �nicos que no comet�an errores eran los que no
hac�an nada.
El rencor no debe encontrar cabida en nuestros sentimientos
y debemos evitar a toda costa la cr�tica destructiva.
Es indispensable
que sepamos trabajar en grupo, para esto es esencial qu� no nos domine temor
alguno para aportar nuestras ideas y valorar las de los dem�s, que no tengamos problemas de comunicaci�n,
que sepamos obedecer y
mandar; esto adem�s de ser signo
de madurez, demuestra nuestra confianza en nosotros mismos.
Es preciso que
paulatinamente desarrollemos el esp�ritu cr�tico, ya que �ste nos ser�
esencial en la toma de decisiones.
Ya sea que nuestro
trabajo lo realicemos, por las circunstancias, solos o en grupo,
debemos imprimirle dinamismo, constancia, puntualidad, limpieza, honradez,
sensibilidad, criterio, intuici�n, creatividad, iniciativa, flexibilidad, sin
faltar nuestro sello personal.
Es com�n que las
gentes se lamenten por lo que otros hacen o dejan de hacer: por la ineficiencia,
sarta de errores, falta de criterio, colaboraci�n, imaginaci�n de los dem�s.
Creo que el
bibliotecario en nuestro pa�s tiene toda la oportunidad de vivir y participar
en los cambios plena y conscientemente. Hay mucho, much�simo por hacer todav�a
a corto, mediano, y largo plazo.
Participemos,
contribuyamos en la medida de nuestras posibilidades.
No seamos de los que critican y no hacen nada por promover o intervenir
en el cambio.
Un aspecto negativo
que he observado en buen n�mero de mexicanos y por desgracia de colegas, es el
malinchismo. Este sentimiento de
inferioridad, de inseguridad, de inmadurez debe combatiese.
Aprendamos a reconocer el m�rito de los colegas mexicanos, d�mosles su
cr�dito profesional, aunque como personas no nos inspiren el cultivo de su
amistad.
Aqu� en M�xico
hay bibliotec�logos capaces, talentosos, preparados, conscientes de la
realidad, dispuestos a dar por la profesi�n su tiempo, persona y-conocimientos.
Apoy�moslos con
nuestro reconocimiento, con nuestra cr�tica constructiva, seamos sus aliados,
ya que aunque por diferentes formas nos dirigimos a la misma meta.
Dado el trato
continuo que los bibliotecarios tenemos con la gente, debemos cuidar nuestro
aspecto y presentaci�n. La
limpieza, sencillez y oportunidad en el vestir la debemos de tener presente,
tanto por nosotros mismos como por consideraci�n a nuestros semejantes.
El momento hist�rico
que nos ha tocado vivir es sorprendente, pero al mismo tiempo arduo.
Para superar exitosamente las dificultades que la. vida y la profesi�n
nos presentan necesitamos de gran fuerza de voluntad, de tenacidad para resolver
los problemas, para superarnos como personas y . profesionales, para
actualizarnos d�a a d�a, para conservar la calma a�n en momentos aciagos,
para no darnos por vencidos antes de tiempo, para obtener ense�anzas de los
fracasos o errores.
Los bibliotecarios
debemos conocer nuestra profesi�n para poderla amar, ya que nadie siente
aprecio por lo que ignora, por lo que no conoce.
Es indispensable la
vocaci�n, ya que sin �sta poco bueno se puede hacer.
Al respecto el Dr. .Nicol expresa acertadamente(1)
�...la vocaci�n de la vida no es el camino de una profesi�n, sino aquello
que nos movi� a elegirla; m�s a�n lo que nos sigue moviendo para
ejercerla".
Nuestra bella
profesi�n reclama un acendrado esp�ritu de servicio, ser sol�citos, atentos y
acomedidos, primordialmente con los usuarios.
Quien carezca de esta cualidad deambula sobre camino equivocado.
Rabindranaz Tagore,
el literato hind�, en un fragmento dice: �Dorm� y so�� que la vida era
alegr�a, despert� y vi que la vida era servicio, serv� y descubr� que en el
servicio se encuentra la alegr�a".
Y hablando de alegr�a, �por qu� no hemos de
sonreir, ver las cosas con optimismo, tener sentido del humor? Es
feliz quien en cierta forma se realiza y vive en paz. Afortunadamente cada vez hay m�s bibliotecarios contentos,
que nos saludan jubilosos, que se dirigen a los usuarios asumiendo una actitud c�lida,
servicial, jovial y risue�a.
Finalmente
considero que los bibliotecarios debemos
adoptar siempre una actitud cien
por ciento positiva, tanto en nuestros pensamientos como en todos nuestros
actos.
(1)
"Entrevista con el doctor Eduardo Nicol" En: Gaceta UNAM, v. 1, n�m.
74 (1983) 5).