VIII Foro Virtual DGBSDI-UNAM: Bibliotecas accesibles e inclusivas para el acceso a la información de personas con discapacidad: La contribución de la biblioteca universitaria en la educación inclusiva

*Para atender las demandas y necesidades de las personas con discapacidad tendría que actuarse de manera decidida e integral en cuestiones como la igualdad y la no discriminación.

*En el caso particular de las bibliotecas, se puede identificar una serie de colecciones para que las personas con discapacidad puedan acercarse a la información y hacer valer su derecho, al igual que las demás personas.

*Se busca que con el uso de las tecnologías las personas con discapacidad se puedan convertir en personas autónomas y que se sientan incluidas en la sociedad.

 Los videos de esta actividad se encuentran disponibles en:

Sesión 1. https://www.facebook.com/bibliotecasUNAM/videos/225453176384257

Sesión 2. https://www.facebook.com/bibliotecasUNAM/videos/622382959212338

Sesión 3. https://www.facebook.com/bibliotecasUNAM/videos/1152370088628004

Sesión 4. https://www.facebook.com/bibliotecasUNAM/videos/647041582993066

Sesión 5. https://www.facebook.com/bibliotecasUNAM/videos/282445177165695

Sesión 6. https://www.facebook.com/bibliotecasUNAM/videos/712078123105222

Como se sabe, el derecho de acceso a la información es un principio fundamental consagrado en los derechos humanos para todas las personas. Por lo tanto, se debe tener la posibilidad de utilizar dicho recurso ya que es fundamental para el ejercicio de la democracia y la consolidación del Estado de derecho, pues garantiza el desarrollo del conocimiento y la formación de una ciudadanía reafirmada en la constitución de una sociedad inclusiva y responsable en su actuar en todos los ámbitos.

En este sentido, las bibliotecas son el vínculo entre el universo de la información y el universo de las comunidades. Por ello, entre sus funciones sustantivas ofrecen facilidades para el acceso a la información, lo cual obliga a emprender iniciativas que favorezcan la consecución del derecho a la información, que a su vez se extiende a otros derechos como la alfabetización básica y otras modalidades; por ejemplo: la informacional, la multimedia y la transmedia, entre otras más, como lo señaló la directora general de Bibliotecas y Servicios Digitales de Información, doctora Elsa Margarita Ramírez Leyva, durante su discurso inaugural del VIII Foro Virtual DGBSDI-UNAM. “Bibliotecas accesibles e inclusivas para el acceso a la información de personas con discapacidad: La contribución de la biblioteca universitaria en la educación inclusiva”, organizado en el marco del Día Internacional de las Personas con Discapacidad.

De igual forma, la titular sostuvo que la información es fundamental para la toma de decisiones acertadas que, como bien se dijo, son parte de todos los derechos de las personas sin distinción de género, raza, nivel socioeconómico o discapacidad.

“Precisamente, el derecho al acceso a la información es uno de los factores que contribuyen a reducir las brechas y que ha sido impulsado por la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas, (IFLA, por sus siglas en inglés), la cual logró que el acceso a la información formara parte de las metas del Objetivo 16 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, debido a que la información es considerada como un recurso que ayuda a reducir las desigualdades y a resolver problemas transversales en las tres esferas de la Agenda: social, económico y medioambiental”.

La doctora Ramírez Leyva también dijo que la misión profesional de los bibliotecarios es hacer que las bibliotecas estén comprometidas con acciones que lleven a la creación de recursos, servicios de información y espacios para todo tipo de comunidad usuaria lectora, entre ellas, la comunidad que se encuentra en situación de discapacidad.

La funcionaria expresó que en este sentido las bibliotecas pueden ayudar a este sector de la población en el fortalecimiento de las diversas modalidades de lectura e información, en particular las bibliotecas universitarias, las cuales están comprometidas con la educación inclusiva, y concluyó.

Es por ello, que para la realización de este Foro se invitó a personas con discapacidad para poder conocer sus testimonios y para que compartieran sus conocimientos, experiencias y buenas prácticas, y de esta forma se les pueda brindar una mejor atención. Así como, llevar a cabo innovaciones en los espacios bibliotecarios y las adecuaciones necesarias para apoyarlos en su desarrollo, y para que al mismo tiempo puedan ejercer sus derechos, para contar con las mismas oportunidades de formación y desarrollo.

De esta forma se dio paso a las participaciones de los especialistas en el tema. Se inició un espacio de encuentro para conocer e intercambiar experiencias en el desarrollo de las bibliotecas universitarias accesibles e inclusivas. El evento comenzó con la participación del maestro Luis Raúl González Pérez, coordinador del Programa Universitario de Derechos Humanos de la UNAM, quien señaló en su conferencia inaugural, titulada “Derechos de las personas con discapacidad y el Programa Universitario de Derechos Humanos”, que la discapacidad es una condición que en México no es suficientemente conocida, ni entendida, ni atendida.

“De hecho, el número de personas que viven con alguna discapacidad o limitación es impreciso, y a lo largo del tiempo, ha sido motivo de polémicas y debates, lo cual es indicativo de las dificultades y retos que representa la atención a este grupo de la población.”

El funcionario advirtió que es uno de los colectivos más excluido en todas las sociedades, y en consecuencia enfrentan dificultades excepcionales para la vigilancia y ejercicio de sus derechos humanos.

En este sentido, dijo que las normas y políticas públicas que durante mucho tiempo se adoptaron respecto de la discapacidad, no solamente en México también en una buena parte del mundo, se centraron en atender una cuestión médica y asistencialista. Que, a su vez, veía a la discapacidad -y los problemas que enfrentaban las personas que la tenían- como una cuestión que sólo atendía a dichas personas, dejando de lado la capacidad y responsabilidad de la sociedad en general, al no generar condiciones adecuadas de inclusión y desarrollo.

“La atención a la problemática vinculada con la discapacidad ya no pueden ser vista como una condición de caridad y asistencia, por el contrario, nos incumbe a todas las personas”.

El especialista señaló que a partir de la llamada Reforma del 2011 se fortaleció la convicción de que el tema de los derechos humanos e inclusión de las personas con discapacidad formara parte de una agenda nacional en materia de derechos humanos, toda vez, que la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad -ratificada por México en mayo de 2008- se integrara al sistema jurídico mexicano, en lo que hoy se denomina el bloque de constitucionalidad. “En donde la norma que se aplicará, no importando si es del ámbito nacional o internacional, -pues no hay jerarquías en materia de derechos humanos- será la norma que mejor proteja a las personas. Por ello, debe ser una alta prioridad el respeto a los derechos humanos y libertades fundamentales de las personas con discapacidad, en cumplimiento de los compromisos internacionales contraídos por el Estado mexicano en la materia. Lo importante es que se firmen convenios y que se emitan leyes. Pero todavía más importante, es que se generen las condiciones para su materialización”.

El maestro Luis Raúl González aclaró que la idea de igualdad plantea, entre otras cosas, que todos los miembros de la sociedad tienen los mismos derechos humanos, considerando los derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales. “Ello incluye entre otras cosas el derecho a no ser víctima de discriminación por razones de discapacidad, raza, color de piel, sexo, preferencia sexual, idioma y creencias.” Pues los mismos derechos se reconocen para todas las personas y su ejercicio debe ser sujeto a las mismas condiciones.

Especificó, que para atender las demandas y necesidades de las personas con discapacidad tendría que actuarse de manera decidida e integral en cuestiones como la igualdad y la no discriminación.

Añadió que se tendrían que implementar medidas de accesibilidad aplicables al entorno físico, al transporte, a la información y al establecimiento de acciones que les permitan acceder a la justicia. De igual forma se debe contar con el número real de personas y el tipo de discapacidad, y que se encuentre disponible la información bajo un mecanismo que haga posible su fácil acceso y consulta para el público en general.

De igual forma, Luis Raúl González dijo que la discapacidad no debe ser motivo de exclusión y discriminación. En este sentido, el desafío es lograr que quienes tienen esa condición participen activamente en la vida de sus comunidades y contribuyan a su desarrollo.

“Por su parte la UNAM, a través del Programa Universitario de Derechos Humanos atiende la temática de la discapacidad y mantiene una línea de investigación y actividades sobre los derechos de las personas con discapacidad, que ha constituido un eje de trabajo durante los últimos años.”

Por último, indicó que se ha participado en foros que organizan los parlamentos, en la representación jurídica; en el acompañamiento y asistencia legal que se realiza a partir de la Clínica Jurídica que es parte de dicho programa, en materia civil, familiar, de género, y acceso a la información de las personas con discapacidad.

Por lo que respecta a lo expuesto en la conferencia magistral denominada “La diversidad de las personas con discapacidad y las formas de acceso a la información”, que dictó el bibliotecario y promotor en inclusión social Víctor Hugo Ruiz Vázquez, se señaló que en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad se establece que la discapacidad es un concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre las personas con deficiencias y las barreras, debidas a la actitud y el entorno que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad en igualdad de condiciones con los demás.

En este sentido, dijo que con base en este modelo social se pueden identificar diversas discapacidades: la auditiva, que a su vez se clasifica en personas sordas y con baja audición; motriz; visual e intelectual, entre otra variedad de discapacidades. A pesar de que estas poblaciones han hecho acciones en favor de la accesibilidad, para estar en igualdad de circunstancias con las personas sin discapacidad, no se ha logrado su participación en todas las actividades.

Otra situación preocupante es que las personas con discapacidad, y otras personas que comparten características similares de condición o situación, no han logrado ejercer su derecho de acceso a la información. “En este sentido, la Convención establece en su Artículo 30 que los Estados firmantes reconocen el derecho de las personas con discapacidad para participar en igualdad de condiciones con las demás personas en los ámbitos social, económico y laboral. Así, se adoptarán todas las medidas pertinentes para asegurar que tengan acceso a la información y las bibliotecas, entre otros lugares públicos y culturales.

También habló sobre las formas de comunicación de estas personas, las cuales incluyen el lenguaje oral, la lengua de señas mexicanas, el sistema Braille, el lenguaje escrito, los sistemas auditivos, los pictogramas, los medios de voz digitalizada, los medios y formatos aumentativos o alternativos de comunicación y las tecnologías de información y comunicación (TIC). En el caso particular de las bibliotecas, se puede identificar una serie de colecciones para que las personas con discapacidad puedan acercarse a la información y puedan hacer valer su derecho, al igual que las demás personas.

“Actualmente se está incursionando en las publicaciones con texturas y/o relieves; en materiales, formatos y libros hechos a base de texturas rasposas, sólidas o suaves; en publicaciones con macrotipos para ayudar a la baja visión, es decir, con formatos y letra grande; en las publicaciones con dibujos, en las publicaciones digitales que son leídas por un software parlante, entre otras más.

Por último, Víctor Hugo Ruiz mostró un recuadro con una lista de materiales informativos accesibles, que deberían ser utilizados en las bibliotecas, y enfatizó que es necesario transitar de la accesibilidad hacia el diseño universal, debido a que este nuevo modelo dirige sus acciones hacia el desarrollo de productos y entornos de fácil acceso para todas las personas, para que realmente se pueda hablar de igualdad de derechos. “Si se aplica el diseño universal desde el origen de los documentos no hay que invertir para hacer la reconversión para que sean accesibles”.

En lo relativo a la conferencia magistral titulada “Aspectos a considerar en la creación de bibliotecas accesibles e inclusivas,” la maestra Susana Peix Cruz, bibliotecaria especializada en accesibilidad para personas con discapacidad y escritora en literatura infantil y juvenil, cuestionó si el término de inclusión es equivalente al de accesibilidad, y dijo que no era lo mismo porque cuando se habla de inclusión todo debe estar integrado en un solo lugar, para que todas las personas puedan contar con los mismos servicios, las mismas actividades y los mismo fondos documentales; en el entendido de que todo ello debe ser accesible de manera transversal en todos los ámbitos. “Por ejemplo, si un fondo infantil está apartado en otro edificio que no sea el edificio principal de una biblioteca pública, es accesible pero no incluyente”.

En esta misma dirección equiparó el término de igualdad con el de equidad, para indicar que la igualdad no es lo mismo para todas las personas y puso como ejemplo la imagen de un árbol frutal con tres personas paradas frente a él, con diferentes estaturas, donde la primera alcanza perfectamente a cortar las frutas, pero las otras dos por su talla baja no lo logran.

“Aunque a las tres personas se les ofreció lo mismo no se dio el acceso en igualdad de condiciones. Por lo tanto, la equidad consiste en darle a cada persona aquello que necesita. Entonces, se tiene que dar acceso en igualdad de condiciones, sea cual sea la capacidad de cada persona”.

Los ejemplos que dio la maestra Susana Peix sirvieron para describir de una forma sencilla el concepto de accesibilidad. En este sentido, dijo que para poder ofrecer a todas las personas las mismas oportunidades primero se tiene que ver qué tipo de necesidades tienen las personas y así ofrecerles los recursos y tecnologías adecuados, sin que ello represente un choque con el diseño. “Es decir, hay que sumar las necesidades a los recursos y al diseño para que el resultado sea igual a la accesibilidad”.

Agregó que para llegar a ello se puede hacer de dos formas. Una, a través de la aplicación de los cuatro criterios DALCO, que consisten en: la deambulación (desplazamiento que alcanza las zonas de circulación); la aprehensión (acción de manipular, en algunos casos no se realiza precisamente con las manos); la localización (encontrar la ubicación de algo) y la comunicación (intercambio de información. O, mediante los siete principios del diseño universal, enlistados de la siguiente forma: uso equiparable (diversas capacidades); uso flexible (preferencias y habilidades); simple e intuitivo (de fácil comprensión); información perceptible (diversos canales: auditivo, visual o táctil), aquí se deben de utilizar por lo menos dos canales; tolerancia al error (acciones involuntarias o accidentales al utilizar el software); bajo esfuerzo físico (mínima fatiga), y el espacio y tamaño para el acceso y uso (diversidad en la estatura del cuerpo, postura y movilidad, es decir, se debe contar con espacios amplios, por ejemplo, para que se pueda desplazar alguna persona en silla de ruedas).

Asimismo, describió el tipo de material que se debe utilizar para cada tipo de discapacidad; por ejemplo, para las personas ciegas: la lupa digital, el escáner OCR, la síntesis de voz y el lector de pantalla, entre otros. Para las personas sordas se puede utilizar el bucle magnético, el subtitulado y la interpretación en lengua de signos. Y para la discapacidad intelectual se puede contar con información textual en lectura fácil, texto adaptado, pictogramas, plano háptico y encaminamiento podotáctil.

Por último, dijo que es muy importante incorporar la accesibilidad al plan estratégico de las bibliotecas, para luego nombrar una persona responsable y capacitada. También, se deben establecer los criterios de prioridad de las acciones a realizar para mejorar la accesibilidad, tanto en la parte arquitectónica como de servicios, actividades y fondos documentales. Finalmente, se debe elaborar un cronograma con las acciones de mejora.

En el caso de la tercera conferencia magistral: “Necesidades y barreras de acceso a la información en personas mayores de la Ciudad de México”, la doctora Patricia Hernández Salazar señaló que últimamente se ha cuestionado si los adultos mayores pueden ser considerados en situación de vulnerabilidad o discapacidad. Para despejar la duda consultó las características que definen a las personas con discapacidad; que entre otras cosas señala que, las personas con discapacidad al interactuar con diversas barreras se les impide su participación plena y efectiva en la sociedad.

Y en la definición del adulto mayor encontró que son personas que se encuentran en la última fase del ciclo de vida, donde se presentan cambios biológicos, psicológicos y sociales que los llevan al deterioro físico y emocional. Por lo tanto, al comparar las dos definiciones se determinó que el adulto mayor va perdiendo sus capacidades conforme pasan los años.

Para sustentar dicha situación la conferencista presentó una gráfica en la que se leía una cifra preocupante, pues de los nueve millones de habitantes que viven en la Ciudad de México aproximadamente un 18% padece de alguna discapacidad. Luego, regresó al tema de los adultos mayores y dijo que las cifras han demostrado que al rebasar los sesenta años de edad las personas presentan más signos de deterioro físico; por ejemplo, el porcentaje más alto se encuentra en la cuestión motriz con un 67.5%, relativo a las dificultades que se presentan al caminar o al subir escaleras, seguida por la cuestión visual con un 39.6%, en donde a pesar de que las personas utilizan anteojos tienen problemas para ver bien. La cuestión auditiva arrojó un 24.7%, pues a pesar de que se utilice un aparato auditivo se presentan dificultades en la audición. Y en cuarto lugar se posicionó la cuestión cognitiva con un 17.8%, abarcando problemas mentales o emocionales.

Luego, la doctora Patricia Hernández dijo que realizó un estudio de usuarios en la Ciudad de México sobre las necesidades cotidianas de este grupo de la población, para precisar qué tipo de recursos, herramientas y medios les permiten a los adultos mayores resolver un problema o realizar una actividad en su vida diaria. Basado en un enfoque cualitativo, utilizando la técnica de la entrevista y un diseño de instrumentos de medida, analizó los siguientes factores: demográficos, condición familiar, actividades diarias, situación de salud física, situación económica, barreras a las que se enfrentan y las formas en que las enfrentan.

“Al momento de realizar la entrevista se pensó en una pregunta detonante ¿qué hace usted cotidianamente?, la cual permitió conocer otros aspectos con los que se complementaban los demás puntos de la entrevista de los adultos mayores, ubicados en un rango de edad entre los 60 a los 94 años.

La especialista mencionó que los hallazgos que obtuvo de su muestra de adultos mayores determinaron que, a pesar de ser jubilados y pensionados, los adultos mayores de menor edad contaban con un trabajo informal y continuaban realizando de forma independiente sus actividades cotidianas relativas a la alimentación, la limpieza en el hogar y la asistencia a instituciones de salud. “Esto, por un lado, porque entre los problemas que reportaron se referían a los bajos ingresos económicos, los trámites legales, de jubilación o gestiones relativas a las herencias”.

También, indicó que se pudo determinar una serie de barreras a las que se enfrentan las personas para acceder a la información en cuanto a su búsqueda y recuperación; algunas de ellas determinadas por factores psicológicos centrados en el miedo, la ansiedad, el estrés y la depresión. Que a su vez los han llevado a ciertos problemas de olvidó, nerviosismo, incertidumbre y en la toma de decisiones, entre otros factores.

“Se observó que las causas que los han colocado en estas situaciones emocionales y problemas, tienen que ver entre otras cosas, con el cambio de residencia, la soledad en la que viven, el envejecimiento progresivo, la falta de independencia física, el no contar con una pensión, las enfermedades crónicas y algunas situaciones familiares”.

De igual manera, añadió que los adultos mayores refirieron que para poder solventar dichas dificultades realizaban ciertas actividades como: la meditación, la pintura de interiores, la confección de prendas de vestir y hablar con otras personas. Todas estas actividades enfocadas en el control de sus miedos y angustias.

“En cuanto a los problemas de salud se detectaron condiciones de enfermedad que los colocan en situación de discapacidad como son: problemas de visión y motricidad; diabetes, hipertensión y baja audición. Para poder afrontar estos problemas asisten a instituciones de salud o recurren a la medicina alternativa”.

En el punto relativo a las fuentes de información a las que se acuden, dijo que en primera línea se reportó que acudían a sus familiares, luego con los profesionales e instituciones de la salud, posteriormente hacían uso de los medios de comunicación tradicionales como la radio y la televisión, y por último acudían a las TIC.

Para concluir su intervención, la especialista pidió que se brindara más atención a los adultos mayores para poder detectar sus necesidades, con la finalidad de ofrecerles los servicios específicos para este grupo etario.

Como parte del programa de trabajo de este VIII Foro también fueron presentadas importantes mesas redondas, en las cuales se tuvo la oportunidad de conocer los fundamentos y principios de planeación de las bibliotecas accesibles, como en el caso de la mesa redonda titulada “Derecho al acceso a la información de las personas con discapacidad en México.” En ella se dijo que, a pesar de la importancia del derecho de acceso a la información, las personas con discapacidad enfrentan numerosas barreras para su pleno disfrute, pues actividades cotidianas como leer el periódico, recabar información o consultar un catálogo comúnmente están vedadas o condicionadas para estas personas, porque dichos recursos no se encuentran en un formato adecuado; por ejemplo, se ofrecen los audiolibros, pero lo que realmente quiere la persona es leer un libro.

En este sentido, se destacó que se entiende que los derechos humanos tienen un carácter de aplicación progresiva y un marco jurídico internacional que protege el derecho a la información como: la Declaración Universal de los Derechos Humanos, Art. 19; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, Art. 19 Par. 2; la Convención sobre los Derechos de la Personas con Discapacidad y el Tratado de Marrakech, el cual facilita el acceso de las personas ciegas o con discapacidad visual a las obras publicadas o bien con otras dificultades para acceder al texto impreso; entre otros más.

“En lo que respecta a la Convención sobre Derechos de las Personas con Discapacidad, la ponemos en su plenitud porque comprende al derecho a la accesibilidad a la información, a la educación inclusiva, y a la cultura. Y cuando se habla del derecho a la información pensamos en lo actual, en Internet y en la virtualidad.”

En este sentido, se dijo que los tratados internacionales en materia de derechos humanos adquieren observancia obligatoria, pues ello habla de garantizar este derecho a través de formatos accesibles; la aceptación de la lengua de señas y el reconocimiento de otros formatos aumentativos. También se requiere que las instituciones gubernamentales garanticen el acceso a la información a través de diferentes medios.

Posteriormente, se habló de algunas acciones que se desarrollaron en el Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública, Protección de Datos Personales y Rendición de Cuentas de Ciudad de México, como la materialización de ajustes razonables, aplicada en una primera resolución que se emitió en formato de audio, a petición de una persona que presentó una solicitud de acceso a la información. Lo cual, se dijo, no tuvo un costo extra pues fue realizado por el personal del Instituto.

Otra acción descrita se refirió a una solicitud de información en formato de lectura fácil, requerida a la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, resultando ser una tarea muy difícil de realizar debido a que se tuvieron algunas dificultades con el lenguaje que utilizan los abogados, porque es complejo. Por lo tanto, fue necesario aplicar un proceso de deconstrucción del lenguaje para poder incluir palabras que fueran entendibles para la ciudadanía en general. Para ello fue necesario realizar varios intentos fallidos, y al final se solicitó la ayuda del Instituto de Personas con Discapacidad de la CDMX para poder redactar una resolución en formato de lectura fácil. Dando como resultado la presentación de un recurso de revisión el año 2020 pero en formato fácil, el cual sirvió como ejemplo ilustrativo para seguir generando otros recursos de revisión en su tipo.

Por otra parte, también se habló de un proyecto universitario de la Unidad de Atención para las Personas con Discapacidad, albergada en la Dirección General de Atención a la Comunidad, de la UNAM, la cual tiene como objetivo general diseñar, coordinar y monitorear la implementación de una política institucional integral para las personas con discapacidad, con perspectiva de género y de derechos. Entre sus ejes de actuación destaca la identificación y contacto de personas, que a la fecha suman 875 personas con discapacidad. Se aclaró, que las necesidades detectadas mucho tienen que ver con el acceso a la información.

“Como universidad estamos obligados a generar documentos que cumplan con ciertos criterios, no sólo para las personas con discapacidad visual, auditiva, incluso con la motriz, porque en su conjunto se les dificulta acceder a los documentos, y la idea es que lo puedan hacer con facilidad.”

En este sentido, se convocó a diversos actores, entre ellos a las bibliotecas para que den respuesta a las necesidades de información de toda la comunidad.

También, se indicó que se pretende generar una cultura inclusiva; por ejemplo, se podría pensar en diseñar una clase donde participen las personas con discapacidad, o considerar la aplicación de un ajuste razonable en las puertas al sustituir las perillas por manijas, para que alguna persona que no tiene manos la pueda abrir con el codo; eso equivaldría a pensar con perspectiva de diseño universal.

“Ello conlleva un criterio de justicia para quien lo realiza y para quien lo implementa”; en esta medida se dijo que se trabaja en acciones concretas como: el Proyecto denominado “Fortalecimiento de habilidades académicas para aspirantes con discapacidad a posgrados del PNC UNAM-CONACYT”; en el trabajo con docentes para incidir en el cambio educativo y transitar hacia lo incluyente, y en que la UNAM sea considerada en el Tratado de Marrakech pues cuenta con una gran cantidad de libros producidos y publicados que requieren ser visibilizados.

Por otra parte, en mesa redonda denominada “Tecnologías de información y comunicación accesibles para personas de la diversidad social”, se comentó que se debería de pensar en hacer accesibles las TIC para que todas las personas las puedan utilizar, sobre todo las personas con discapacidad y los adultos mayores; bajo el fundamento de que todos en su conjunto tienen el derecho a desarrollar sus capacidades a través de dichos recursos y posteriormente hacer uso efectivo de ellos dentro de un entorno comunicativo. A partir del cual las personas puedan interactuar para conocer estas tecnologías y aplicarlas o usarlas directamente en cada una de las tareas cotidianas, con la finalidad de convertirse en individuos innovadores y capaces de proponer nuevos recursos tecnológicos.

En el caso de las personas con discapacidad se busca que con el uso de las tecnologías se puedan convertir en personas autónomas y que se sientan incluidos en la sociedad”.

Se aclaró que para lograr este tipo de vinculación de las TIC con la incapacidad hay que adaptar cada uno de estos recursos, para lo cual se dieron tres recomendaciones: observar las formas para acceder a la información digital; explorar y reconocer todo el grupo de asistencias tecnológicas que requieren las personas con discapacidad, para saber cuáles son sus condiciones vivenciales y las características de las tecnologías de asistencia, y otro aspecto fundamental para hacer una adecuada adaptación de la tecnología, es integrar a las personas con discapacidad como apoyo para crear condiciones de la adaptación, porque se trabaja para el usuario y él es quien debería aportar información valiosa para saber si se está haciendo lo correcto.

“Como desarrolladores de tecnologías de apoyo, principalmente de lectores de pantalla o dispositivos que se utilizan a través de la boca, adaptados a tamaños diferentes a los convencionales, es necesario involucrarse con las personas con discapacidad en las cuestiones de las tecnologías adaptadas, pero también se puede integrar la parte de la usabilidad, porque al sumar estos elementos se pueden generar los recursos apropiados para estimular los sentidos y así poder lograr un aprendizaje significativo”.

Pues no es fácil implementar el diseño inclusivo a través de la adaptabilidad, es necesario reunirse con las personas y aprender de ellas y observar cómo trabajan con los sistemas tecnológicos, porque pueden presentar estructuras confusas debido a una carga excesiva de elementos visuales que no permiten la interacción con el usuario, o puede ser que los contenidos no fueron adaptados, entre otras razones.

Se añadió que esta situación también debe tomar en cuenta la normatividad internacional de accesibilidad y la aplicación de una adecuada técnica para poder hacer las adaptaciones correspondientes y generar las tecnologías accesibles; que las interfaces sean congruentes con el tema a tratar; que se generen simbologías claras para poder tener una adecuada comunicación con los usuarios, y que se lleven a cabo distintas formas de interacción con los contenidos; por ejemplo, que se pongan subtítulos con letra muy clara y visibles para que todas las personas accedan a la información.

Para concluir esta mesa, se mencionaron algunos logros y avances de la DGTIC en la materia como: el Proyecto TIC para la inclusión –en el cual se viene trabajando desde el año 2010-, el Seminario de Accesibilidad Digital, el Aula-Laboratorio de Innovación para las Personas con Discapacidad y un estudio que está en marcha relativo a la accesibilidad a 115 sitios web de distintas entidades de la UNAM para su evaluación.

Estas ideas fueron complementadas al señalar que, de acuerdo con algunas disposiciones generales de accesibilidad, se especifica que las dependencias están obligadas a ser accesibles y que para el caso de México ya se cuenta con una legislación, pero aún falta mucho por desarrollar porque los sitios privados no están obligados a cumplir con ello.

“En otros casos, algunos sitios web solamente han desarrollado un tipo de accesibilidad para las personas con discapacidad; por ejemplo, sólo sirva a las personas ciegas o con debilidad visual, pero se deja afuera a las demás discapacidades. Por el contrario, si se pone un plug-in de lector de pantalla en algún sitio web, no le sirve a una persona ciega porque primero tendría que controlar su computadora personal, luego aprender el uso de su teclado y finalmente acceder al sitio web para saber qué es lo que se despliega en la pantalla. Porque un plug-in no es una herramienta de asistencia tecnológica. “Entonces, lo que se requiere es un lector de pantalla para que traduzca a voz la información que se despliega en la pantalla y pueda ser escuchada por las personas que no pueden visualizarla”.

También se mencionaron cuestiones técnicas y se recomendó que se tuviera cuidado en la actualización de los contenidos, y de preferencia que se haga de forma semanal o mensual. Por último, se dijo que se debe ofrecer una variedad de contenidos como pueden ser: videos, audios, documentos en PDF, imágenes y textos en HTML, entre otros. Asimismo, se debe determinar si el equipo de trabajo debe ser multidisciplinario o especializado en TIC.

En otra intervención, se indicó que todas las personas tienen alguna necesidad de inclusión y con la reciente pandemia se develaron una serie de situaciones personales, de interacciones, de falta de competencias digitales y, en casos más extremos, una conexión eléctrica inestable o la falta total de conexión a Internet.

De igual forma, con la pandemia se conoció la falta de recursos económicos, infraestructura, instalaciones adecuadas y personal capacitado para satisfacer las necesidades informativas de las diversas comunidades.

“Es imposible diseñar un sitio web para cada una de las diversas discapacidades. Entonces, lo que se debe hacer es producir recursos para que puedan ser utilizados por una mayor cantidad de personas, pero con las mínimas adaptaciones porque los escasos recursos institucionales no lo permiten.”

En su lugar, se puede acudir al diseño universal aprovechando que este dirige sus acciones al desarrollo de productos y entornos de fácil acceso para el aprendizaje de todas las personas. Además, permite el diseño de contenidos, materiales y plataformas institucionales.

Para reforzar la idea, se mencionaron siete principios que tienen que ver con: la igualdad de uso, su flexibilidad, información fácil de percibir, tolerancia al error, dimensiones apropiadas y escaso esfuerzo físico.

En lo concerniente a la mesa redonda titulada “Arquitectura accesible y diseño universal para todas las personas,” se tocaron aspectos relativos al diseño universal, donde caben productos, programas, servicios y entornos que pueden ser utilizados por todas las personas sin necesidad de adaptación ni diseño especializado.

“Sin embargo, esto también se logra en el proceso de diseño y procesos participativos que son necesarios en un plan de accesibilidad cuando se diseñan los programas y planes en beneficio de las personas con discapacidad y otros grupos de la población”.

Enseguida, se habló de la llamada cadena de accesibilidad para poder determinar los problemas a los cuales se enfrentan las personas con discapacidad, desde el momento en que salen de sus casas y hasta el momento en que llegan a las puertas de la biblioteca en busca de información y servicios.

En este sentido, se describió paso a paso la forma en que una persona discapacitada realiza su trayecto mediante el transporte público, que en el mejor de los casos tenga que salir de su casa, luego tenga que cruzar la calle, un parque o un tramo más largo, o quizá un lugar más peligroso como un cruce peatonal muy ancho, para finalmente llegar a la parada del camión que la acerque a una biblioteca. Y en el peor de los casos, que la persona tenga que tomar diferentes medios de transporte para luego pensar en la forma de acceder al acervo de la biblioteca, porque probablemente tenga que subir escaleras o algún elevador.

Este panorama fue descrito para las personas que usan silla de ruedas. Luego se describió la cadena de acceso para las personas que no pueden ver y para las personas que no pueden escuchar. Durante la descripción se vio que en algún momento de los trayectos se rompió algún eslabón de la cadena de accesibilidad, debido a que la infraestructura arquitectónica de la ciudad no cumple con los requerimientos adecuados para satisfacer las necesidades de traslado de las personas con alguna discapacidad. Ni tampoco se cuenta con transporte que cumpla con las normas de espacialidad para colocar las sillas de ruedas; ni el mismo recinto bibliotecario está adaptado a sus necesidades, porque en muchos casos no se cuenta con protocolos de protección civil en el caso de que se registre un sismo o siniestro.

Entre las soluciones, se dijo, se han hecho intervenciones en la vía pública mediante el retiro de obstáculos como los postes, para dar paso a las franjas con vegetación, que sirven de guía para las personas ciegas dentro de la acera. También, se trabaja en la normatividad con vehículos para que tengan un dispositivo de transferencia seguro para las personas que utilizan silla de ruedas. De igual forma, se trabaja en el transporte modal para conectar el Metrobús con el Metro, y en el caso de las bicicletas se ha ampliado la red de las ciclovías.

En el caso particular de la UNAM, se mencionó que se han intervenido los espacios con cruces peatonales seguros; se han puestos franjas de advertencia; se han pintado líneas de cebra peatonal para las personas ciegas, y se han establecido puntos continuos de aceras y banquetas largas, para facilitar el acceso a las bibliotecas.

Finalmente, se dijo que también se ha trabajado en el tema de la protección civil, la capacitación del personal, la toma de conciencia, el trato adecuado y el uso de los servicios accesibles.

En otra intervención, se habló de la necesidad de hacer un estudio de la comunidad usuaria, pero desde un punto de vista del exterior de la biblioteca hacia el interior. Porque, como se mencionó anteriormente, se diseña desde el exterior en el entendido de que las personas arriban a los lugares en busca de información y servicios, pero con la expectativa de encontrar las mejores condiciones de acceso.

Enseguida se mostraron algunos videos donde se presentaron ejemplos de intervenciones que se han realizado en algunas ciudades del país; por ejemplo, se han instalado semáforos con audio, rampas de acceso y bahías de acceso, entre otras acciones que muestran el tema de la accesibilidad integrado al contexto urbano.

También, se dijo que se ha trabajado en la realización de una guía general de preparación en situaciones de emergencia para las personas con discapacidad, para conocer la forma en que habitan los espacios; las situaciones u obstáculos que enfrentan, porque muchas veces se piensa que un contacto colocado en el piso de una biblioteca es algo normal para quien puede verlo, pero para una persona que utiliza sillas de ruedas puede ser un impedimento para que se pueda desplazar adecuadamente, entre otros más.

De igual forma, se habló de lugares públicos y bibliotecas que han hecho las adaptaciones adecuadas para que las personas con discapacidad tengan acceso a las instalaciones de forma adecuada y segura; por ejemplo, se han colocado canaletas podotáctiles, que van desde el exterior hasta el interior del inmueble, rampas, cajones de estacionamientos exclusivos y señalamientos con pictogramas.

En este sentido, se ha adquirido mobiliario adecuado y se han adaptado los espacios interiores para ganar más espacio para los usuarios, al reubicar el acervo en bodegas y retirar la estantería. “En lo relativo al mobiliario, se han adquirido modernos sillones modulares que pueden ser adaptados a diferentes tamaños de espacio, porque pueden ser utilizados de forma individual para una persona o pueden ser colocados para un grupo de personas.”

Pues la tendencia actual está relacionada con la funcionalidad y los espacios que se transforman y adaptan, de acuerdo a las necesidades de los usuarios, como en el caso de las bibliotecas infantiles que han sido equipadas con mostradores adaptados para tallas bajas y personas con silla de ruedas. Por último, se habló de las adaptaciones en el equipamiento como el aparato de lector óptico y el sistema Braille.

Para finalizar esta sesión, se habló de la planeación funcional y segura de las instalaciones bibliotecarias, -pues como se sabe- en nuestro país la gran mayoría de los edificios que las albergan han sido adaptados y se han ido utilizando conforme se van haciendo las adecuaciones, porque fueron construidos con diferentes principios que hoy en día ya no son funcionales.

“Anteriormente, se contaba con muchos espacios de almacenamiento para el acervo, pero hoy en día, esos mismos espacios se han adaptado para que funcionen como salas de consulta, sin tomar en cuenta los principios de seguridad y los protocolos de protección civil”.

En otro caso, los muros de carga han sido reemplazados por columnas, porque se argumenta que son las que llevan el equilibrio de la construcción, pero no se ha pensado que pueden ser un obstáculo o barrera para las personas con alguna discapacidad visual o motriz.

De igual modo, se dijo que se han reducido al mínimo las áreas fijas como: las escaleras, los montacargas y los elevadores, para dar atención a las indicaciones que dicta el diseño rectangular, considerado como un espacio más adecuado porque se aprovecha más.

Al concluir la sesión, se señaló que, en atención a los principios en la construcción de edificios para bibliotecas, es necesario considerar de manera transversal los conceptos relacionados con la seguridad, la funcionabilidad, la flexibilidad y la accesibilidad a efecto de garantizar plenamente que la comunidad usuaria, incluidas las personas con discapacidad cuente con las mejores condiciones de uso, acceso y seguridad

Reseña informativa: Ma. del Rosario Rodríguez León