IV Foro Virtual Agenda 2030: La contribución de las bibliotecas al Desarrollo Sostenible

*Básicamente, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 buscan la erradicación de la pobreza, la desigualdad social, frenar el cambio climático, garantizar la paz y la prosperidad de la sociedad, y se han caracterizado por su naturaleza incluyente.

*El apoyo de las bibliotecas en el desarrollo sostenible debe ser a largo plazo y se debe incluir a todos los sectores de la población.

Nota

A cuatro años de la implementación del Foro Agenda 2030, de los cuales en este año 2021 será la segunda ocasión en que se organiza de forma virtual, pues aún persisten los contagios de la COVID-19, y gracias a la participación de importantes dependencias universitarias, convocadas por la Dirección General de Bibliotecas y Servicios Digitales y de Información (DGBSDI), fue organizado el IV Foro Virtual Agenda 2030: La contribución de la Bibliotecas al Desarrollo Sostenible, con la finalidad de dar a conocer las acciones del sector bibliotecario relacionadas con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.

A la distancia del primer foro celebrado en el año 2018 -en un solo día- como parte de la Conferencia Internacional de Bibliotecas Universitarias, ahora ya tiene su propia identidad, su programa académico y creció a tres días, más uno dedicado a la realización un taller. Asimismo, se ha fortalecido con la participación de otros importantes organismos como: la Cámara de Diputados, la Dirección General de Bibliotecas de la Secretaría de Cultura, la Dirección General de Evaluación Institucional de la UNAM, la División Regional de América Latina y el Caribe IFLA LAC, y la propia IFLA, a través de su presidenta, entre otros organismos y prestigiadas universidades, según señaló la directora de la DGBSDI, doctora Elsa Margarita Ramírez Leyva, durante la presentación e inauguración del IV Foro.

En este último punto, añadió que la IFLA logró que las bibliotecas tuvieran una presencia importante en la Agenda 2030, a partir de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y sus 169 metas, en particular el que tiene como función asegurar el acceso público a la información, recurso fundamental para todos los ODS, los cuales conjuntan aspectos sociales, económicos y ambientales.

La funcionaria aclaró que las bibliotecas también tienen la oportunidad de participar en otros ODS, por ejemplo, en el número 4, que se refiere a la educación, a la promoción de la alfabetización universal, y que ahora se extiende a otro tipo de alfabetizaciones, y en el número 9 que enfatiza la necesidad de incrementar el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación, entre otros más.

Al respecto, la doctora Ramírez Leyva señaló que las bibliotecas de la UNAM, al igual que otras bibliotecas de instituciones de educación superior. ofrecen fuentes de información, muchas de ellas de acceso abierto, para que el público en general pueda hacer uso de ellas. De igual forma se cuenta con acceso a Internet, tanto para las comunidades propias como externas.

“También se imparten cursos de alfabetización informativa, digital y multimedia, además de las actividades de promoción de la lectura dirigidas al estudiantado y la comunidad externa.”

En el caso particular de la DGBSDI, se dio a la tarea de organizar el Club de Lectura ODS México. Leer Sostiene, con la intención de fomentar el gusto por la lectura y promover los objetivos desde la edad temprana. Con las acciones señaladas se pretende que las bibliotecas contribuyan a reducir las brechas educativas, culturales, sociales, económicas y tecnológicas e informacionales, concluyó Elsa Ramírez.

Para la inauguración del evento se contó con la presencia de la secretaria de Desarrollo Institucional, doctora Patricia Dolores Dávila Aranda, quien señaló que en marzo de 2019 la UNAM y el Tecnológico de Monterrey, conjuntamente, pusieron en marcha el capítulo mexicano de la Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible México, en el cual participan universidades, empresas, gobiernos y la sociedad civil, con el objetivo de impulsar iniciativas y soluciones para configurar un futuro sostenible en nuestro país. Así como para poder identificar y difundir conocimiento científico y tecnológico, que permita alcanzar las metas del desarrollo sostenible.

“En este sentido, la Secretaría de Desarrollo Institucional, a través de la Dirección General de Evaluación Institucional, coordina el proyecto La UNAM en los ODS, cuya finalidad es identificar y difundir las contribuciones que realiza la institución para el cumplimiento de ellos”.

Luego, la doctora Patricia Dávila se refirió al gran papel que han tenido las tecnologías de la información durante todo el periodo de confinamiento por la COVID-19, y las calificó como elementos estratégicos para que la sociedad aumente su conocimiento y capacidad de comunicación. Resaltó que, por su parte, las bibliotecas universitarias juegan un papel muy importante al brindar acceso ilimitado a la información y fomentar el desarrollo de capacidades para la transformación de la información en aprendizaje, conocimiento, innovación, experiencias y ampliación de la cultura, entre otros aspectos indispensables para que los ciudadanos aseguren su formación a lo largo de su vida, y con ello se involucren en el desarrollo sostenible. Es por ello que resulta de suma importancia que todas las dependencias universitarias involucradas en la organización del Foro se sumen a la iniciativa de las Naciones Unidas, para garantizar el acceso a la información y contribuir a las diferentes alfabetizaciones, así como crear alianzas con otras instituciones interesadas en el desarrollo sostenible, puntualizó la funcionaria.

En este contexto, el director general de Evaluación Institucional de la UNAM, doctor Imanol Ordorika Sacristán, mencionó que el concepto de desarrollo sustentable está más orientado a los recursos naturales y el medio ambiente, pero cuando se incorpora el término de desarrollo sostenible se abren tres dimensiones: la económica, la social y la ambiental, lo cual resulta más congruente con los ODS, pues estos -básicamente- buscan la erradicación de la pobreza, la desigualdad, frenar el cambio climático, garantizar la paz y la prosperidad de la sociedad, y se han caracterizado por su carácter incluyente.

Enseguida realizó un breve recorrido histórico de la forma en que nuestro país adoptó esta importante iniciativa, para señalar que desde el sexenio pasado la UNAM y el Tecnológico de Monterrey fueron asignados para coordinar la mencionada Red, mediante tres líneas de acción: fortalecer el diálogo y servir como vínculo entre la academia y el sector gubernamental, generar soluciones tecnológicas en apoyo al desarrollo sostenible, e impulsar la educación en temas de sostenibilidad y difusión de la Agenda 2030, con la misión de transferir el conocimiento generado en las universidades, impulsar la educación y generar espacios de reflexión con diversos actores de la vida académica, política y social.

Para poder explicar las acciones concretas, el doctor Imanol Ordorika se remitió a la página web creada para este fin y mostró las acciones y productos que ha desarrollado la UNAM en el tema de ODS, no sin señalar antes que se tuvo que hacer una minería de datos para encontrar en la UNAM todo lo que tenga que ver con los ODS y se elaboró un catálogo de palabras clave asociadas a éstos, que permitiera hacer la búsqueda de todo lo que se hace al respecto en la Máxima Casa de Estudios, por ejemplo: las clases que se imparten, las tesis y proyectos de investigación que se producen y las publicaciones que se generan, entre otros aspectos que estuvieran alineados con algún tema de desarrollo sostenible, identificados al interior y exterior de la institución.

Añadió que, para la elaboración del resumen ejecutivo, no fue sencillo el procedimiento de aislar los recursos porque en muchos casos estaban involucrados en más de un ODS. Otro aspecto a considerar es la dimensión de la UNAM, pues tan sólo en el tema de los cursos se identificaron unos 75 000 cursos, y en el caso de las tesis se contabilizaron 9000 de licenciatura, 5500 de especialidad, 3400 de maestría y 1200 de doctorado.

Aclaró que probablemente en ninguno de los documentos publicados en las revistas se mencionan los ODS, pero se recurrió al método de asociación de términos por palabras clave, aplicados al título y al resumen del documento. De igual forma, se trabajó en el rubro de la docencia, los compromisos institucionales, las legislaciones, el número de convenios, las patentes y el servicio social que realizan los alumnos, entre otros factores, que al sumarlos se podría hablar de 79 000 acciones y productos, tan sólo de la UNAM, porque existen otros informes como el de la ANUIES y otras instituciones que también participan en este esfuerzo, conforme concluyó el doctor Ordorika Sacristán.

En lo que se refiere a la primera mesa redonda, “Preservación del patrimonio documental en las bibliotecas nacionales y patrimoniales como contribución a la Agenda 2030”, durante su presentación, la maestra Pilar Tapia López dijo que la gestión de riesgos tiene por objeto evitar o reducir los efectos negativos de los desastres en los bienes patrimoniales, que en el caso de las bibliotecas sería el acervo, así como minimizar las pérdidas en la medida de lo posible, como en el caso de un incendio, donde es necesario evitar todo aquello que lo pudiera causar.

También, indicó que dicho proceso está compuesto por un ciclo de cuatro fases: la prevención, la reconstrucción, la preparación y la fase de respuesta de reparación, elementos que deben ser considerados por las bibliotecas debido a que, entre otras funciones, son contenedoras de la memoria y el saber de la sociedad. En este sentido, están obligadas a resguardar y conservar dicho saber para las futuras generaciones a corto, mediano y largo plazo.

En lo referente al tema de la identificación, priorización y evaluación de riesgos, aclaró que hay que considerar que las amenazas pueden ser de origen natural, humano, o ambos. Para ello, se puede acudir a algunas herramientas que se han desarrollado para evaluar las condiciones del acervo y determinar cómo se puede mejorar. Para concluir, dijo que también se puede consultar un método denominado RE-ORG, que incluye todas las directrices, formularios, herramientas y funciones clave para mantener un archivo o museo en buenas condiciones, haciendo partícipe de ello a todas las áreas y el personal involucrado en el plan de trabajo.

En su momento, la maestra Sandra Angulo Méndez se refirió al Grupo Coordinador de la Biblioteca Nacional de Colombia (BNC), y a la función que tiene la Biblioteca, la cual está encargada de recuperar, organizar y preservar el acervo bibliográfico y documental de toda la población colombiana. Destacó que es una tarea que se cumple a través de la gestión, la administración y el trabajo comunitario en colaboración con la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, en cumplimiento de la Agenda 2030, y desde el plano de la paz, la cultura, y el acceso abierto al conocimiento.

Especificó que, para dar cumplimiento a esta exhaustiva tarea, se congregó a un conjunto de profesionales y técnicos para poder organizar un primer inventario de la colección, puesta al servicio de la comunidad mediante la página web, tanto en el catálogo de la BNC como en el catálogo de las bibliotecas públicas, para poder estar a la altura de la Agenda 2030.

Esto, por un lado, porque también señaló que se cuenta con una biblioteca digital con un aproximado de 120 000 documentos disponibles de forma gratuita para todos los colombianos. “Igual de importante son los acervos patrimoniales de las bibliotecas locales, por eso compartimos agenda para que podamos hablar como país.” Asimismo, dijo que se han puesto al servicio de la comunidad ciclos de cine, conversatorios, dotación de libros, y se han realizado implementaciones tecnológicas y desarrollado estrategias de lecturas, entre otras acciones, que colocan a las bibliotecas en el ámbito del desarrollo sostenible.

Para finalizar su intervención, la maestra Sandra Angulo añadió que el grupo de trabajo involucrado en este programa se ha esforzado en el fortalecimiento de la movilización del capital social para poder llevar el conocimiento a la población, y ha difundido el trabajo bibliotecario a través de un micrositio, donde se pueden observar tres grandes campañas: “Cuidándonos, cuidamos a las bibliotecas”, “SOLES para la preservación digital” y “Con SOLES me cuido y cuido a la biblioteca”.

Por lo que toca a la última participación de esa mesa redonda, se contó con la presencia de los maestros Dalmacio Rodríguez, Ana Laura Peniche Montfort y del ingeniero Alberto Castro Thompson, quienes hablaron del nuevo Centro de Preservación Documental de la Biblioteca y Hemeroteca Nacionales, de la UNAM; al respecto dijeron que actualmente se construye en el Campus Juriquilla, en el Estado de Querétaro, como un centro especializado en la organización y resguardo de los recursos bibliográficos y hemerográficos, iniciado en el año 2016, y que a lo largo de su construcción han intervenido otras instancias universitarias para que pueda ser terminada la obra arquitectónica en el 2021 y para que a partir del 2022 se comience con la fabricación del sistema automatizado de almacenamiento, bajo los principios rectores de resolver el problema de almacenamiento debido al crecimiento de la colección, el fortalecimiento de la misión relativa al depósito legal, y prevenir y encarar los retos de la preservación documental. “Debido a que la saturación de espacios llegó a un 90 por ciento, con un cálculo aproximado de 9 millones de documentos entre libros, periódicos y revistas impresas, cuyos fondos patrimoniales van desde el período colonial a la fecha”.

Los académicos dijeron que para resolver el problema del crecimiento y saturación del material se llevó a cabo un diagnóstico complejo para acordar la sede del nuevo centro, las etapas de planeación y desarrollo, la construcción del inmueble, el tipo de sistema de automatización, el plan de digitalización de los documentos y el traslado para poder poner en marcha el Centro de Preservación Documental en 2023.

Los ponentes finalizaron su presentación al señalar que todo lo anterior tiene la finalidad de dar cumplimiento a uno de los retos más importantes del presente siglo, que es la preservación digital, para poder brindar acceso a la información a todos los usuarios del país, en concordancia con el cumplimiento de los objetivos enmarcados en la Agenda 2030. “Porque se cumple con las condiciones ambientales óptimas, la innovación tecnológica, la inclusión social, la sustentabilidad, el fortalecimiento de la presencia de la institución universitaria a nivel nacional.” Ya que el centro contará con modernas áreas, como son: la unidad de almacenamiento; un laboratorio de preservación digital, las áreas de consulta –física y digital-, administrativas, de investigación, de servicios generales y ambientales. Todas ellas, alojadas en un inmueble que cuenta con una proyección de aproximadamente 100 años, especificaron.

En la segunda mesa redonda, denominada Estrategias para la construcción de la sostenibilidad en la biblioteca universitaria: hacia los ODS de la Agenda 2030, se contó con la presencia del doctor Gerardo Marraud González, quien habló sobre la experiencia de las bibliotecas españolas relativa al plan estratégico de la Red de Bibliotecas Universitarias Españolas (REBIUN), concretamente en referencia a la Meta 4, que pretende impulsar la contribución de las bibliotecas españolas en los ODS de la Agenda 2030, y sobre la Guía de Acción de las Bibliotecas Universitarias, los cuales calificó como dos instrumentos clave, que junto a la colaboración de los consorcios de investigación, los estados miembros y las bibliotecas contribuirán a eliminar los obstáculos al conocimiento y los datos científicos, y que además permitirán el acceso abierto a las investigaciones que ya fueron publicadas.

El panelista resaltó la importancia de los 17 ODS, pero indicó que el número 1 y el número 6 son los más idóneos en donde las bibliotecas pueden trabajar. También dijo que se realizó una lectura minuciosa de las 169 metas, y como primera premisa se determinó que las bibliotecas deberían tener exclusividad para contribuir en ellas a partir de su misión con la sociedad, y no sus instituciones universitarias de pertenencia.

Continuó diciendo que en una segunda premisa se determinó que dichas metas deberían estar involucradas con alguna de las cuatro funciones de la universidad moderna: el aprendizaje, la investigación, la proyección social, o la gestión de sus medios. “Y así, se siguieron analizando todas las metas hasta que se delimitaron 7 metas clave para el sector bibliotecario, correspondientes a 5 ODS: 4, 5, 11, 12 y 16 por supuesto, sin dejar de participar en los proyectos de sus universidades.” Y mencionó nuevamente el tema de la Guía de Acción de las Bibliotecas Universitarias, pues indicó que a partir de que sea aprobada será posible su publicación en el repositorio de REBIUN en acceso abierto.

A propósito de la participación de las bibliotecas, el doctor Gerardo Marraud habló sobre el esfuerzo que estas deben de hacer para exhortar a los gobiernos para que las incorporen -al menos- en los informes nacionales, debido a que aportan datos estadísticos sobre sus contribuciones al desarrollo sostenible, relativas a las metas que tienen que ver con el acceso igualitario a la educación superior, el acceso a las tecnologías de información, la protección y salvaguarda del patrimonio cultural y natural; ya que por su parte, REBIUN ayuda a visibilizar el papel de las bibliotecas universitarias en el logro de los ODS y a destacar las actividades propias de estas.

En su momento, el doctor Jesús Lau Noriega estableció que la Meta 16.10 Acceso a la información, de la Agenda 2030, resulta ser un marco conceptual donde los bibliotecólogos y profesionales de la información pudieran analizar muchas de las acciones que realizan, y para ello se requiere de una acción de planeación y un enfoque coherente, pues cada año que se avanza en la consecución en la Agenda hay enfoques diferentes, por ejemplo, en los temas de: educación de calidad, trabajo digno, crecimiento económico, reducción de las desigualdades, acción por el clima, y en el de paz, justicia e instituciones sólidas. Y a nivel país también se trabaja de forma voluntaria en las revisiones temáticas y en la compilación de datos.

En este sentido y de acuerdo a su percepción personal, el doctor Jesús Lau consideró que las bibliotecas son aceleradoras del desarrollo socioeconómico, “pero, lamentablemente han dado una respuesta un tanto tibia para participar de este movimiento internacional,” que demanda acciones concretas, retos y la elaboración de documentos. Como muestra de ello, dijo, que se dio a la tarea de entrevistar a destacadas figuras del sector bibliotecológico para conocer algunas iniciativas que se han desarrollado al respecto.

Añadió que, sobre la marcha de las entrevistas que realizó, pudo constatar que son pocas las acciones confirmadas, como por ejemplo, la organización de algunos talleres de sensibilización, conferencias y foros, sobre todo, realizados por las bibliotecas universitarias; por ejemplo, la DGBSDI, con este importante foro, y otras entidades de la UNAM; además de otras entidades académicas, como la Biblioteca Pública 17 de Abril, en Cuernavaca, Morelos, que organizó un taller relativo a los ODS; El Colegio de México, que trabajó el tema de la inclusión de los ODS; la AMBAC, que montó una exposición en el marco de sus Jornadas Mexicanas de Biblioteconomía, entre otras instituciones.

“Aunque se cuenta con la participación de destacadas bibliotecas universitarias, aún hay muchas que no están entregando estadísticas; de hecho, algunas no tenían conocimiento sobre el tema, y la poca participación también se ve reflejada en los gobiernos y las instituciones. Lo mejor sería contar con un liderazgo nacional y que cada biblioteca fuera una promotora de los ODS para involucrar a la población en general,” finalizó.

Por su parte, la maestra Adriana Cybele Ferrari, vicepresidenta de la Federación Brasileña de Asociaciones de Bibliotecarios (FEBAD), dijo que la Federación trabajó conjuntamente con la IFLA en la “Declaración de Santiago.” En ella, las bibliotecas se comprometieron a trabajar en favor de la Agenda 2030 y los ODS. “Entre las acciones y compromisos se determinó que las bibliotecas deben trabajar como líderes en el tema del uso ético de la información, ello implica el combate de las llamadas fake news, de hecho, en este rubro se desarrolló un portal para detectar las falsas noticias de las verdaderas”.

Añadió que, de igual modo, las bibliotecas deben posicionarse como agentes de cambio social en temas como: la educación, el trabajo digno, la salud, sobre todo en el acceso a la información. No sin considerar que ahora, en los tiempos de pandemia, se debe apoyar más a los ODS y a su logro. Por esta razón, se trabaja en el monitoreo de las historias que pueden ser publicadas por las bibliotecas, debido a que representan buenas prácticas.

Y con respecto, a las bibliotecas universitarias, Adriana Cybele hizo la recomendación de trabajar en cuatro líneas de acción: el apoyo a la enseñanza y el aprendizaje, el apoyo a la investigación, el desarrollo profesional y organizativo, y el patrimonio cultural. Junto a estas, también recomendó que se debe transitar hacia la ciencia global, porque es considerada como un acelerador de los ODS debido a su carácter inclusivo.

Por último, habló sobre algunas acciones que están llevando a cabo las bibliotecas brasileñas, entre ellas destacó: el apoyo que brindan a la formación y mantenimiento de repositorios institucionales -incluidos los repositorios de datos de investigación-; en la ampliación de la oferta de las colecciones digitales; en la formación de usuarios; en el fomento a la lectura y en la mejora de los canales de comunicación con la comunidad, a través de las redes sociales y los sitios web.

Posteriormente, se presentó el licenciado José María Hernández Vallejo, quien dictó la conferencia “Implementación de la Agenda 2030 desde la Cámara de Diputados y las acciones desde la Coordinación de Servicios de Información, Bibliotecas y Museo”, quien señaló que la Cámara de Diputados (CD), al ser un ente de representación democrática, trabajó en la Agenda 2030 mediante comités y grupos de trabajo específicos; por lo tanto, se determinó que el mejor vehículo para su implementación tendría que ser en función de un acuerdo de voluntad política, con la aprobación de los órganos políticos de la Cámara.

Añadió que, en la observancia de dicha iniciativa se determinó que prácticamente todos los ODS se encuentran expresados en las funciones sustantivas que tiene cada una de las Comisiones Ordinarias de la Cámara.

En lo relativo a las funciones de los grupos de trabajo, dijo que resaltan las siguientes: presentar propuestas de modificación a los ordenamientos jurídicos; impactar la Agenda 2030 con el Presupuesto de Egresos de la Federación; trabajar en el fortalecimiento de la rendición de cuentas –es una de las funciones constitucionales más importantes-; establecer alianzas estratégicas con todos los sectores de la población a través del Objetivo 16, y por último, que las acciones y gobernanza del poder legislativo se acerquen al cumplimiento del llamado Parlamento Abierto.

Otro aspecto que resaltó José María Hernández fueron los tres elementos base que permitirán alcanzar las acciones de comunicación con la próxima legislatura, para dar certeza de su continuidad a los ODS; entre ellos resaltan los siguientes: la lucha contra el hambre, la lucha contra la pobreza y el logro de una educación estandarizada.

Otra acción más a considerar, dijo fue el diseño de una hoja de ruta que permitiera identificar las leyes que necesitan ser reformadas a la luz de los ODS, y la atención centrada en áreas de oportunidad, que normalmente se habían identificado en el Poder Ejecutivo, pero no en el legislativo, por falta de herramientas adecuadas, para poder focalizar de manera estratégica el esfuerzo a realizar por esta importante entidad.

“Y ahora, con la hoja de ruta se impulsarán iniciativas y reformas en el marco jurídico para que toda la población del Estado mexicano pueda alcanzar dichos objetivos.” Para ello, mencionó, fue necesario realizar un ejercicio con los congresos locales de todo el país, para saber si se estaba cumpliendo con la Agenda 2030. De igual forma, se realizaron alianzas con otros organismos nacionales e internacionales para poder alcanzar el tan deseado desarrollo sostenible. Otra parte fundamental, es que se cuenta con un museo legislativo, el cual se encarga de difundir la cultura parlamentaria con las bibliotecas y con los servicios de información, como entes catalizadores de la sociedad, la promoción del diálogo y el acceso a la información, concluyó el conferencista.

La tercera mesa redonda titulada Bibliotecas e información para reducir las desigualdades: género, migración y accesibilidad”, en la cual participó la doctora Sandra Lorenzano Schifrin, funcionaria de la UNAM y reconocida escritora y poeta, quien recordó que en 1929 una mujer no podía entrar sola a alguna biblioteca de las grandes universidades, por ejemplo, en la Universidad de Cambridge. Luego, las cosas cambiaron y actualmente se puede entrar libremente a cualquier biblioteca, “pero ahora la cuestión es saber qué clase de mujeres tienen esa posibilidad y cuántas personas tienen acceso a ellas.” Como una forma de respuesta dio un dato preocupante para nuestro país, debido a que de los más de 100 millones de personas que lo conforman solamente 30 millones tienen acceso a las bibliotecas, a pesar de que se cuenta con una Red Nacional de Bibliotecas Públicas compuesta por un número aproximado de 7400 bibliotecas, distribuidas a lo largo de todo el territorio, “lo cual hace pensar que el resto de la población está excluida y no tiene acceso a la lectura y el conocimiento”.

Luego se refirió al concepto de interseccionalidad, clave para el movimiento feminista porque señala las conceptualizaciones clásicas de opresión en la sociedad, como el racismo, el colorismo, el sexismo, la homofobia y todos los prejuicios basados en la intolerancia que no actúan de manera independiente, están interrelacionados creando un sistema de opresión y exclusión; convirtiendo a las mujeres, los indígenas, los discapacitados, o a una parte de la colectividad LGBT, en personas más vulnerables a dicha discriminación. “Si la educación y el acceso al conocimiento son derechos, tenemos que pensarlos también desde esta perspectiva interseccional”.

Además, es una perspectiva que coincide con la Agenda 2030 porque reconoce que la educación requiere de un enfoque que no sólo garantice que los niños, hombres y mujeres tengan acceso a distintos niveles de enseñanza, sino que también todas las personas deben adquirir los mismos niveles de competencias y habilidades. “Pues se ha observado que 16 de cada 100 mujeres tiene acceso a la universidad, en cambio la tasa de los hombres se eleva a 19 de cada 100, situación que no ha sucedido de manera uniforme en todo el país.” Y para no ir más lejos, la ponente puso como ejemplo la exclusión que sufren las mujeres que hablan alguna lengua indígena, ya que en 2018 los datos arrojaron que sólo el 3.9% de ellas contaba con estudios superiores.

La doctora Sandra Lorenzano terminó su intervención al señalar que se debe dejar de privilegiar al campo educativo para aquellas mujeres que tienen privilegios, y para ello la biblioteca sería la entidad encargada de dar espacio a otros saberes ancestrales que se transmiten de generación en generación a través de la oralidad, elemento indispensable para dar voz a todos los saberes, a todas las culturas y a todas las mujeres. “Las bibliotecas están preparadas para ser espacios de escucha, de creación, de transmisión de conocimientos excluidos hasta ahora de los espacios académicos –santuarios silenciosos de amor a los libros-; las bibliotecas deben proponer un mundo sin exclusiones que permita -en una doble vía-, incluir también a los sectores de las mujeres excluidas.”

Para ello existen estrategias como los círculos de lectura, talleres y ferias del libro, entre otras cuestiones. Por ejemplo, en la UNAM se cuenta con la librería itinerante “Clementina Díaz y Ovando”, de la Coordinación de Humanidades. “Pero lo que nos hace falta es escuchar a las mujeres de las comunidades, y aquí el meollo del asunto está en saber cómo se le hace para que nuestros espacios del saber se enriquezcan con los saberes de las jornaleras, las agricultoras, las parteras y las cantantes de sones mexicanos, entre otras más,” según se cuestionó Sandra Lorenzano, como una muestra de preocupación y petición para trabajar en ello.

En la segunda participación de esta mesa se invitó al doctor Jonathan Hernández Pérez para hablar sobre algunas iniciativas de la IFLA en la materia, quien de paso señaló la temporalidad de los ODS como una especie de recordatorio, pues está a punto de concluir este año 2021 y solamente quedarían 8 años para lograr las metas propuestas por las diversas bibliotecas que han trabajado en ellas. También, dijo que cada año la ONU evalúa el progreso de los diferentes países que adoptaron la Agenda 2030, dentro del cual tiene cabida el sector bibliotecario, porque ha estado trabajando constantemente en varias etapas de la Agenda, como la planeación y las negociaciones. Por su parte, las asociaciones que han sido congregadas a través de la IFLA también han brindado acompañamiento a algunos países, para que se pueda visibilizar la labor de las bibliotecas en los informes anuales de ese importante organismo.

Añadió que algo que ha llamado la atención en dicho proceso es que el mundo está avanzando a un ritmo desigual, pero debido a la emergencia sanitaria provocada por la COVID-19, se redoblaron esfuerzos para el logro de los ODS, particularmente los vinculados a la salud, la educación y la pobreza, siendo las bibliotecas un actor partícipe en cada uno de ellos, específicamente en tareas complejas como la recopilación de datos y el acceso a la información.

En este sentido, el ponente indicó que para que fuera posible visibilizar el trabajo que realizan las bibliotecas la IFLA desarrolló el Mapa mundial de bibliotecas, configurado como una potente herramienta que permite contar con distintos mecanismos cuantitativos para poder visualizar lo que hacen los actores en la consecución de los ODS alrededor del mundo.

Señaló que en una primera etapa se trabajó en el desarrollo de indicadores, y en una segunda se está trabajando en las historias que sirven de inspiración para otras bibliotecas; por ejemplo, lo que está haciendo la Biblioteca Pública de Riad, comprometida con el desarrollo sostenible al ayudar principalmente a las mujeres a adquirir habilidades digitales, pues se pretende brindar la oportunidad a aquellas que han abandonado la escuela a través de cursos de computación, para que puedan insertarse en el campo laboral. “Esta iniciativa hace hincapié en los ODS que tienen que ver con el aprendizaje y la igualdad de género, el acceso al trabajo y el desarrollo económico”, sostuvo Jonathan Hernández.

Dio otro ejemplo más, ligado al ODS número 4 Educación de Calidad, desarrollado en Nigeria, donde se llevó a cabo una sala de lectura en una biblioteca universitaria, la cual proporciona energía eléctrica y acceso a los recursos de información; de hecho, se tuvo que extender el horario de atención debido a que muchos usuarios se quedaban a trabajar hasta muy noche porque carecen de este servicio fundamental. Entre otros destacados ejemplos bibliotecarios que involucran los 17 ODS.

El conferencista terminó su participación comentando, que es fundamental documentar en el mapa de la IFLA las diversas historias de todos los países, para que todo el mundo sepa que el sector bibliotecario está comprometido con el desarrollo sostenible al inspirar y empoderar a la sociedad con el impulso del acceso a la información y el conocimiento, a la cultura y a la educación para todos.

En su momento el doctor Héctor Parra García durante su presentación se centró en el tema de los fenómenos migratorios más recientes, que han sido enmarcados en contextos de desigualdad y que responden a factores multicausales que rebasan las dinámicas económicas. “Hasta el momento se tiene un dato aproximado de que alrededor del mundo unos 281 millones de personas migran de sus países de origen, lo cual ocurre más en el Sur global, motivados por desplazamientos forzados debido a las desigualdades sociales y económicas”.

Añadió que, las migraciones también son provocadas por la violencia generada por el narcotráfico, o por el descontento social, causado por el alto costo de la vida, pero también por la consolidación de vínculos transnacionales que han ocurrido a través de generaciones de migrantes, y que hablando en cifras representa un 3.6 por ciento de la población mundial. “Entre 3 y 4 de cada cien personas en el planeta migran y construyen sociedades cada vez más alejadas, complejas y conectadas a través de redes socio digitales, e impulsan la economía mediante las remesas que envían a sus respectivos países”.

Por lo que corresponde al llamado Norte global, apuntó que se ha fijado una visión hegemónica y nacionalista, al considerar que las migraciones son un problema de seguridad nacional, y para justificarse ante sí los dirigentes implementan diversas políticas migratorias, encaminadas a contener y delegar a países terceros el control de los flujos migratorios para evitar que lleguen a sus territorios.

“Lo mismo ha sucedido en algunos países europeos. Esto trae consigo consecuencias porque los migrantes se enfrentan a nuevas tramas al prolongar cada vez más su estancia en los países por los que transitan. En este régimen de frontera los migrantes sufren violencia, sobre todo hacia las mujeres porque sufren explotación sexual, ya que representa una ganancia para el crimen organizado”.

Ante ello, expresó que se han reorganizado los migrantes y han puesto en marcha nuevas estrategias de resistencia y sobrevivencia, al ensayar ejercicios colectivos de solidaridad y de intercambio de favores para formar circuitos transnacionales cada vez más complejos de caravanas migrantes centroamericanas hacia los Estados Unidos de América.

“La simbiosis entre las comunidades de origen y destino de las migraciones recientes cuentan con mucho repertorio sociocultural de sus antecesores, dando como resultado un escenario inédito en el proceso de globalización, al insertarse en los circuitos inferiores del comercio y la producción.” Estas acciones los enmarcan en los ODS, y en este sentido sería conveniente crear conocimiento a partir de los testimonios de los migrantes como fuentes primarias de investigación.

También se les debe considerar como sujetos activos y creativos dentro de sus propias comunidades, y no perder de vista su dimensión de ciudadanos, su capacidad de agencia y sus diversas estrategias para salir del entrampamiento que les impone el régimen global de frontera, finalizó el doctor Héctor Parra.

En cuanto a la conferencia de clausura de este importante evento, se contó con la presencia de una invitada especial, la presidenta de la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA), doctora Barbara Lison, quien dictó la conferencia titulada “IFLA actuando por las bibliotecas para lograr el objetivo de desarrollo sostenible”; en esta señaló que la IFLA cuenta con cuatro estrategias fundamentales. La primera se encarga de inspirar y mejorar la práctica profesional y está dirigida al fortalecimiento de la voz global de las bibliotecas, para poder escucharlas y comprender sus prioridades en todos los campos, a nivel global y regional; que a su vez, está estructurada en cuatro iniciativas: la 1.1 muestra el poder de las bibliotecas para lograr los ODS; la iniciativa 1.2 se encarga de construir una fuerte presencia en organizaciones internacionales; la iniciativa 1.3 trabaja con bibliotecas y asociaciones bibliotecarias y la iniciativa 1.4 da forma a la opinión pública y el debate sobre el acceso abierto.

En lo relativo a la estrategia número 2, dijo que se refiere al impulso que se debe dar para lograr la participación, y sus iniciativas consisten en: 2.1 producir, comunicar y distribuir recursos; 2.2 entregar información de campañas de alta calidad para involucrar y dinamizar a las bibliotecas; 2.3 desarrollar pautas de estándares para el fomento de las buenas prácticas, y la 2.4 brinda herramientas e infraestructura para apoyar el trabajo.

Por lo que se refiere a la estrategia número 3, está enfocada en la concreción y empoderamiento del campo bibliotecario, y la estrategia 4 está dirigida a optimizar a la IFLA.

Luego, mencionó de nuevo la primera estrategia y su apéndice número 1.3 para poder ejemplificar el camino que han hecho las bibliotecas mexicanas hacia su empoderamiento a nivel nacional, y, al mismo tiempo, están allanando el camino para Latinoamérica y el Caribe con la intención de empoderar e innovar a otras bibliotecas.

La doctora Barbara Lison advirtió que la IFLA ha venido trabajando desde 2013 para poder conectar a las bibliotecas con los ODS y con la información, así como, en un constante cabildeo, para que las Naciones Unidas se comprometieran con la Agenda 2030 y sus objetivos para que las personas tengan acceso a la información y sean capaces de utilizarla y compartirla en favor del desarrollo sostenible. “Para la IFLA la información es muy importante porque empodera a la gente, les da habilidades, les muestra sus derechos en los campos político, económico y cultural, y a la vez les permite tomar decisiones acertadas”.

Por otro lado, mencionó que el ODS número 16 es muy importante para las bibliotecas, en especial la meta 16.10 que se centra en “Garantizar el acceso público a la información y proteger las libertades fundamentales, de conformidad con las leyes nacionales y los acuerdos internacionales.” También los ODS 4, 5, 6, 7 y 11 son de gran consideración para las bibliotecas.

“Otra forma, en que la IFLA apoya al sector bibliotecario para que se involucre en el debate de los ODS, ha sido con el desarrollo de un kit de herramientas montado en su sitio web, como una forma de que éstas encuentren la manera de saber cómo apoyar a los objetivos. Todo el proceso es posible consultarlo por regiones en la página web de la IFLA, pero aún falta incluir algunas bibliotecas, principalmente las de Latinoamérica.”

Para finalizar, dijo que también se cuenta con el Mapa mundial de bibliotecas, donde se pueden observar muchas historias de lo que hacen las bibliotecas, como la Biblioteca Pública de Bremen en Alemania.

En lo concerniente a la cuarta y última mesa redonda “Las bibliotecas públicas como espacios sociales, culturales y de cambio en apoyo a la Agenda 2030 de las Naciones Unidas”, participó como primer ponente el doctor Hugo Martínez Acosta, en representación del licenciado Rodrigo Borja Torres, para hablar sobre una visita que realizaron al Estado de Jalisco con la finalidad de conocer el trabajo que realizan las bibliotecas públicas, tanto municipales como locales. Estas últimas, localizadas en comunidades muy alejadas, que por lo mismo carecen de conectividad a Internet.

Añadió que hay otras bibliotecas ubicadas más hacia el centro de ese estado, que han dejado atrás el esquema de ser repositorios de libros para convertirse en espacios donde la comunidad no sólo tiene acceso al acervo y la conexión a Internet, sino a la transformación del espacio bibliotecario, el cual ha sido adaptado para que funcione, en algunos casos, como centro de extensión de la escuela primaria y en otros como centros culturales y cívicos, enmarcados en el cumplimiento de la Agenda 2030.

El doctor Hugo Martínez se refirió a algunas bibliotecas que se han convertido en ejemplo de estas nuevas funciones, que comulgan con el desarrollo sostenible, como son: la Biblioteca Pública Asterio Robledo Malacara, en Comanja, Jalisco, la cual cuenta con el programa “Mi Verano en la Biblioteca”, dirigido a los niños para que puedan acercarse a la lectura, a la escenificación teatral, a los conciertos de música, y que a la población en general le permite utilizar sus espacios para tratar asuntos de la comunidad. Lo mismo sucede con la Biblioteca Pública Municipal Jesús Vidrio Sánchez y otras bibliotecas públicas.

Dijo que con las visitas que se han realizado se puede contar con un diagnóstico de la situación real que enfrentan las bibliotecas, y la idea es que se les siga apoyando para que puedan convertirse en un eje transformador de la realidad de sus comunidades.

También hay bibliotecas más robustas, como la Biblioteca de México, donde se cuenta con servicios más complejos como el aprendizaje del lenguaje de señas y del sistema Braille; así como programas culturales de largo alcance, entre los que destacan: los ciclos de cine, de danza y teatro; las presentaciones de libros; los recitales de diferentes géneros de música, entre otras manifestaciones culturales, puntualizó el conferencista.

En segundo lugar se presentó el maestro Santiago Villegas-Ceballos, con una novedosa propuesta, denominada “Bibliotecas públicas como Circos-templo: el juego y la conversación como excusa para potenciar la transformación social”, cuya idea principal es convertir el espacio público en un espacio para el ciudadano, para empoderarlo, basado en un programa desarrollado años atrás sobre los parques bibliotecas, donde se contaba con una colección bibliográfica al lado de una digital, que en su momento cumplió una función social importante, pero no se podía conectar los territorios con las personas porque era un sistema de información local. “En esta segunda versión, surgida en el año 2016, vuelve la idea de crear desde la acción, desde el acceso al conocimiento, desde la transformación de los espacios; con la posibilidad real de conectar a los territorios y a las personas porque la tecnología lo permite, dando como resultado el concepto de las bibliotecas concebidas como circo-templo”.

El maestro Villegas-Ceballos mencionó que antes de desarrollar el proyecto se pensó en cuál es el propósito de conectar lo local con lo exterior, y se determinó que a partir de los servicios ya existentes se podía aportar a los 17 ODS, en términos de innovación y creatividad, a través de métodos que permitieran la integración de la sociedad, siempre y cuando se contara con información específica sobre los lectores y los usuarios, a través de sus datos demográficos, sus habilidades, sus necesidades, sus deseos y sus barreras tecnológicas.

“Otra estrategia más, para iniciar la transformación de las bibliotecas públicas, para poder brindar acceso a las personas de la ciudad de Medellín, consistió en un estudio de usuarios y una técnica para estudiar a la comunidad a partir de sus motivaciones.”

Ello condujo a tener un propósito claro en la mente y un objetivo previamente acordado con la comunidad, porque son los principales actores del novedoso proyecto.

De igual forma, mencionó algunas características que sirvieron de base para la transformación de las bibliotecas en un novedoso concepto denominado circo-templo, entre las que se encuentran las siguientes: los espacios cuentan con grandes vidrieras que permiten ver el exterior, hacia la calle; están situadas en espacios de alta circulación de personas; cuentan con juegos que conectan a los transeúntes con los usuarios de la biblioteca, porque están plasmados en las vidrieras, como el famoso juego llamado sopa de letras; cuentan con salas de lectura individuales y colectivas donde el usuario tiene libertad de acción; se instalaron grandes estanterías exteriores, reconfigurables para que puedan ser utilizadas para actividades lúdicas o académicas; se colocaron pantallas a la vista de todas las personas para poder promover el comportamiento auto regulado de los usuarios; se adquirió mobiliario móvil para convertir pequeños espacios en grandes salones, para que se puedan realizar sesiones teatrales, cinematográficas, presentaciones de libros y conferencias, entre otras actividades

Para concluir, el maestro Villegas-Ceballos dijo que con dichas innovaciones se ha cambiado el concepto de la biblioteca tradicional por el de espacios donde se generan ideas para hacerlas tangibles; también, el de espacios compartidos, donde no hay salas aisladas, pues la idea es que todos escuchen lo que está sucediendo del otro lado, como cuando te encuentras en un circo, o en un juego, donde se comparten las risas y las emociones. “Y si alguien decide aislarse tiene la posibilidad de utilizar los nichos que son pequeños espacios donde se puede leer en privado, y hasta dormir por un periodo de veinte minutos.” Pero todos estos espacios, en su conjunto, pueden convertirse en espacios transformadores en beneficio social, como lo marcan los ODS de la Agenda 2030.

La última conferencista de esta sesión, la doctora Loida García-Febo, presidenta del Grupo de Trabajo de la ALA para los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 de la ONU, mencionó que actualmente las bibliotecas se están moviendo hacia la acción concreta, ya sean bibliotecas públicas, escolares, académicas o universitarias, con la finalidad de ayudar al logro del desarrollo sustentable a través de la prestación de sus servicios, en temas como: la seguridad social, la justicia, la paz y la democracia.

Dijo que una de las razones del porqué las bibliotecas juegan un papel importante para el logro de los ODS se debe a que son proveedoras de información confiable, la cual ayuda a la erradicación del hambre, a mejorar la educación de las personas, al cambio climático y a mejorar la vida de la comunidad en diversos aspectos. Un ejemplo de ello es la Biblioteca Pública de Los Ángeles, que en lo relativo al ODS 3 “Salud y Bienestar” ha hecho alianzas con agencias públicas locales para proveer a los residentes con exámenes dentales y oculares gratis, para la aplicación de vacunas contra la influenza y para el acceso a pólizas de salud. De igual manera, ha trabajado en los Objetivos 5 y el 8.

Recordó que las bibliotecas contribuyen al desarrollo del capital social y cultural de la población, tomando en cuenta cuatro aspectos que contribuyen al desarrollo sostenible: la cultura, la equidad, la justicia social y la resiliencia ambiental. Esta última entendida como la capacidad de las personas para resistir y superar una circunstancia adversa para fortalecerse, adaptarse y avanzar, en este caso ante el embate del cambio climático.

En este sentido, se refirió a ejemplos concretos de los ODS relacionados con estos cuatro puntos; por ejemplo, el punto relativo a la cultura y relacionado con el Objetivo 4, correspondiente a la educación de calidad, y con la meta 4.7 que señala que todo alumno debe adquirir conocimientos y habilidades para promover el desarrollo sostenible y la diversidad cultural. Este punto también se vincula con los Objetivos 8, 11 y 12, y sus respectivas metas.

En el punto referente a la equidad, vinculado al Objetivo 10, que habla sobre la reducción de las desigualdades, dijo que las bibliotecas pueden ayudar a las personas otorgándoles una tarjeta que sea utilizada para dar acceso a los libros y otros materiales. De igual modo, describió los puntos restantes para ejemplificar la gran cantidad de aspectos en los que las bibliotecas pueden contribuir en beneficio del bien común.

Apuntó que las bibliotecas también pueden actuar en momentos críticos por los que pasa la sociedad en general, como lo es la actual crisis pandémica provocada por la COVID-19, al identificar la información errónea acerca de este virus y en su lugar proporcionarles información que puede salvar vidas o prevenir la enfermedad, por citar algún ejemplo, de entre una gran cantidad de temas que requieren de una atención inmediata, como son: la erradicación de la pobreza, agua limpia y saneamiento, energía limpia, acceso a un trabajo digno y la acción por el cambio climático.

En este último punto, la doctora Loida García-Febo mencionó que existen bibliotecas específicas que ayudan a obtener energía renovable por medio de paneles solares, otras han colocado pozos de aguas limpias en los predios donde se ubican dichas bibliotecas y otras más han apoyado a los investigadores al proporcionarles libros y guías que hablan acerca de la preservación del planeta.

Para finalizar, indicó que el apoyo de las bibliotecas en el desarrollo sostenible debe ser a largo plazo y se debe incluir a todos los sectores de la población, mediante las acciones arriba señaladas, y a través de la elaboración de guías que apoyen a los usuarios, a los bibliotecarios y a sus comunidades, enfocadas en la construcción de una sociedad más justa y equitativa.

Por último, en este importante evento académico universitario se llevaron a cabo dos conversatorios, donde se tuvo la oportunidad de escuchar a los panelistas debatiendo sobre diversos temas relativos a los 17 ODS de la Agenda 2030, que no sólo aportaron información, ideas y conocimiento, sino también abrieron la puerta para la cooperación entre las instituciones educativas y académicas.

Reseña informativa: Ma. del Rosario Rodríguez León