*Se trata de un problema complejo para las bibliotecas, que se debe resolver desde una perspectiva multidisciplinaria.

Los videos de esta actividad se encuentran disponibles en:

Sesión 1. https://www.facebook.com/bibliotecasUNAM/videos/3074187642647618

Sesión 2. https://www.facebook.com/bibliotecasUNAM/videos/568095680808365

Sesión 3. https://www.facebook.com/bibliotecasUNAM/videos/1423953891123311

Sesión 4. https://www.facebook.com/bibliotecasUNAM/videos/594571741174921

Con la finalidad de comprender la complejidad que representa para las bibliotecas trabajar en el marco de la pandemia de la Covid-19, la Dirección General de Bibliotecas (DGB) de la UNAM, a través de la Biblioteca Central organizó el foro virtual titulado Las bibliotecas frente a la Covid-19: respondiendo a una realidad global, contando con la participación de un grupo de especialistas de diversas disciplinas, para que todos en su conjunto, compartan sus experiencias, saberes y puntos de vista relativos a “la nueva realidad social”, como se le ha llamado a la forma de convivir, trabajar e interactuar con las demás personas, “a la distancia y en confinamiento”, como lo señaló la directora general de Bibliotecas, doctora Elsa Margarita Ramírez Leyva, durante la presentación del foro.

También dijo que se pensó abordar el tema desde un punto de vista multidisciplinario, porque con una sola disciplina no se podrían comprender los efectos que ha ocasionado la Covid-19 en la salud de las personas. “Es por ello, que se debe asumir una responsabilidad social no sólo en nuestro entorno, también a nivel global para poder contrarrestar los efectos propios de la pandemia”. Esta situación, indicó de alguna forma se liga con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, porque no se debe pensar solamente en nuestra generación, es necesario incluir a las futuras generaciones para procurar dejarles un mundo mejor, concluyó la funcionaria.

Enseguida, tomó la palabra el maestro Pablo Martínez Rojas, especialista en inmunología y virología, y explicó de forma muy ilustrativa qué son los virus. Al respecto dijo que son agentes infecciosos inertes “no están vivos, no están muertos, simplemente son un conjunto de material genético (ADN o ARN), envuelto en proteínas y que requieren de una célula para producir mayor cantidad de partículas virales”.

Añadió, que no todos los virus son dañinos, pero en el caso de los coronavirus, éstos sí son patógenos. Se ha descrito a cuatro de ellos, causantes de enfermedad en el tracto respiratorio superior e inferior. Y en el caso específico del género alfa y beta enferman a los humanos y a los mamíferos.

Lo anterior fue explicado por el experto, para poner en contexto los problemas de salud que han provocan los virus en diversos lugares: por ejemplo, en el año 2002 se identificó al SARS-CoV1 en la provincia de Guangdong, en China. Este virus provocó una gran epidemia, y más tarde dicho virus se extendió a otras regiones. Diez años después se describió en Arabia Saudita al MERS-CoV (Síndrome Respiratorio de Medio Oriente) y hasta la fecha el virus permanece circulando por el mundo, pero sobre todo en regiones de Asia, indicó.

Más tarde, cuando se pensaba que las epidemias y las endemias le habían dado tregua a la humanidad, en los últimos días del mes de diciembre de 2019 se identificó un brote de coronavirus SARS-CoV-2 responsable de provocar la enfermedad denominada Covid-19, en Wuhan, China; en un inicio se había reportado a un grupo de personas que habían desarrollado una neumonía atípica, pero más adelante se identificó al agente etiológico, puntualizó.

Pablo Martínez aclaró que se trata de un nuevo coronavirus altamente contagioso, pero hay muchas personas que se resisten a creer en él. “Lo cierto es que existen evidencias científicas, que han demostrado que es el causante de infecciones respiratorias que pueden ir desde un resfriado común, hasta el síndrome respiratorio agudo severo”, el cual puede presentar un cuadro grave con dificultades para respirar e incluso causar la muerte del paciente.

Para finalizar, dijo que las lecciones que nos ha dejado la pandemia es que a partir del primer caso reportado en China y a la fecha, se han acumulado en el mundo casi cinco millones de personas contagiadas, con una tasa de letalidad del 6.6 por ciento. “En el caso concreto de nuestro país, de los aproximadamente 54 mil casos reportados, la tasa de mortalidad se ubicó por encima de la tasa global”, atribuido a factores de comorbilidad por la hipertensión, la obesidad, el tabaquismo y la diabetes; por lo tanto, hay que reflexionar sobre nuestro sistema de salud.

Por otro lado, en respuesta a la preocupación que ha generado la enfermedad de la Covid-19 en el sector bibliotecario, la maestra Maite Galofre, especialista en conservación y tratamientos de desinfección de patrimonio documental y museístico, señaló que al momento de desinfectar las instalaciones se debe tener un conocimiento preciso del tipo de plaguicidas que se vayan a utilizar, porque hay productos en el mercado que pueden afectar el acervo bibliográfico y causar daños a la salud de las personas; lo más recomendable es que se acuda a los especialistas en tratamientos de desinfección.

En cuanto al tipo de productos que son eficaces para reducir, minimizar o incluso eliminar a los virus, entre los más recomendados se encuentran los amonios cuaternarios, las bases alcohólicas y los peróxidos oxigenados. Pero hay que tener en cuenta que después de su aplicación no se debe permitir el acceso de personas a los edificios, porque de lo contrario, si alguna persona contagiada por el virus ingresara a dicho lugar e hiciera contacto con las superficies sin ninguna precaución, el tratamiento efectuado no serviría de nada, además de que el producto, posterior a su aplicación no permanece activo por mucho tiempo, dijo la especialista.

Ahora bien, en cuanto al uso de la técnica de termonebulización, Maite Galofre dijo que lo que sucede en esta técnica, es que la temperatura puede quemar al desinfectante y cuando este sale de la máquina ya está quemado. Por lo que corresponde a la técnica de la nebulización se debe considerar que el químico tiende a elevarse a una altura muy alta, y si consideramos que la altura promedio de las personas se encuentra entre el 1.50 y 1.70 metros de altura, esta técnica no resulta eficaz para combatir al virus. “Cabe aclarar, que su uso está recomendado sólo en el acervo común”: y por lo que toca a las bases alcohólicas, hay que irse con cuidado porque puede deshidratar el material bibliotecario, advirtió.

En lo referente a la participación del doctor Arsenio Sánchez, él recordó que la humanidad ha vivido diversas pandemias, “pero la que estamos viviendo hoy en día es de corte global” y enseguida mostró una cronología de los efectos que ha tenido el SARS-CoV-2, su evolución y sus formas de propagación, para luego centrarse en el mes de febrero del presente año, cuando se tuvo la posibilidad de consultar literatura confiable donde se indicaba que el Covid-19 podía permanecer con su carga viral durante varias horas en diversos objetos.

Continuó diciendo el experto, que debido a que este tipo de literatura aún es escasa, se deben tomar medidas sobre el tema, pues a diferencia de otro tipo de lugares como los museos, en el caso de las bibliotecas se establece un diálogo muy cercano entre el personal bibliotecario y los usuarios, así como un contacto muy constante con el acervo, lo cual llevará a establecer medidas relativas a: la forma de cómo se debe realizar el préstamo del material, fijar el distanciamiento entre personas, el control sanitario en los accesos al inmueble, a salas de consulta y otras áreas comunes.

Arsenio Sánchez también reflexionó en torno al control sanitario que se pudiera llegar a tener para poder conocer el estado de salud del personal que labora en las bibliotecas, pero en el caso de los usuarios resulta difícil porque no es posible tener control sobre el material de préstamo a domicilio, ya que éste podría ser expuesto al contagio del virus en el transporte público, o en casa, o con algún familiar afectado por la Covid-19.

Por otro lado, se refirió a los métodos tradicionales para el control de patógenos en materiales bibliotecarios y advirtió que las bibliotecas han hecho un uso excesivo de químicos en el tratamiento y conservación libros, los cuales generan problemas ambientales debido a que los residuos de los productos  posteriormente van a parar a los ríos, dañando su fauna y flora, entre otros problemas.

Por último, este ponente indicó que en su entidad laboral -la Biblioteca Nacional de España- se plantea hacer un ejercicio en un escenario real, de cómo se debería de trabajar en actividades preventivas, utilizando la técnica de una simulación en un proceso de desinfección, pero a puerta cerrada.

Más adelante, se presentaron las maestras Irais Velasco Figueroa y Pilar Tapia, ambas docentes de la Escuela Nacional de Conservación Restauración y Museografía. En primer lugar, Irais Velasco habló sobre tres etapas que se deben aplicar en las bibliotecas durante la pandemia de la Covid-19, en las cuales se deberá tener en cuenta tanto al personal bibliotecario, como a los usuarios y la conservación del acervo. En primer término, se podría pensar en un posible contagio de algún usuario, entonces de inmediato se deben activar los protocolos relativos a la desinfección del material, mantener en cuarentena al personal que tuvo contacto con el usuario y por último el proceso de desinfección de las áreas afectadas. Pero más aún, “hay que pensar en lo que podría llegar a suceder si ese contagio se replica en demasía, lo más seguro es que se colapsaría el sistema de la unidad bibliotecaria, porque no se puede exponer el material a tantas desinfecciones, ni dejar sin servicio a los usuarios porque el personal se encuentra en cuarentena, además ningún recurso financiero sería suficiente para poder solventar el problema”.

En este sentido, Irais Velasco propuso la utilización de un diagrama o protocolo de atención aplicado en todas las áreas de las bibliotecas como son: el área del Fondo Reservado, la sala de consulta, el laboratorio de conservación y restauración, entre muchas más. También, se puede organizar el trabajo a desempeñar en tres etapas básicas: I Prevención de la salud y el manejo de bienes culturales; II Ante la presencia de la Covid-19 y la etapa III Acciones posteriores de control del personal y de bienes culturales.

Acto seguido, Pilar Tapia López habló de la implementación de un plan de emergencias para la conservación del acervo, tanto del patrimonial como del acervo común de las bibliotecas, y al igual, como sucede con los planes de emergencia contra los temblores y otro tipo de siniestros, “todo el personal debe asumir su compromiso en su elaboración”, bajo la guía de un equipo directivo que constantemente mantenga informada a toda la comunidad laboral sobre las acciones que se vayan implementando, según vaya evolucionando la pandemia de la Covid-19.

Agregó que, la elaboración de los planes de emergencia van encaminados a la conservación y salvamento del acervo patrimonial, “pero lo más importante es mantener el buen estado de salud de las personas encargadas de la conservación de dicho patrimonio”. Para ello se requiere un cambio de mentalidad, pues se tendrá que realizar un esfuerzo mayor para poder controlar los factores ambientales de las diversas áreas bibliotecarias, la valoración de los edificios, así como la corrección de factores que puedan influir en el deterioro documental, debido a que en diversas fuentes documentales se ha establecido la permanencia del virus en superficies como papel, madera, textiles, metales y demás.

“Por lo que se ve, ahora los acervos podrían ser un medio para trasladar el virus a nuestro cuerpo”, y para evitar caer en esta situación, se debe establecer claramente en los planes o protocolos de seguridad un estricto control en el personal que labora en las oficinas administrativas, además de las medidas sanitarias para los usuarios.

Entre las disposiciones que se deben establecer destacan las siguientes: “no compartir escritorios entre empleados; marcar las señales de sana distancia para que sean perfectamente visibles; escalonar las horas de comida; nos saturar las áreas de registro de asistencia; colocar acrílicos en las zonas de recepción; no permitir el acceso a la biblioteca a personal ajeno a ella; agendar las horas y días de entrega de material bibliográfico; mantener una desinfección constante en escritorios, archiveros, equipos de cómputo; no permitir que se ingrese al inmueble con una gran cantidad de objetos y si alguna persona llegara a presentar algún síntoma de la enfermedad, habrá que canalizarlo a un área de salud, entre otras. No será una tarea fácil de implementar, pero en eso radica precisamente el cambio de mentalidad, advirtió Tapia López.

Para finalizar las participaciones, el doctor Yerko Quitral, especialista en biodeterioro de patrimonio cultural, señaló que las obras de arte y los objetos patrimoniales son susceptibles de contaminación por SARS-CoV-2, pues -de acuerdo a algunos estudios que se han realizado sobre tiempos de infectividad en diferentes materiales- se ha reportado que en el caso del papel se estipuló una duración de treinta minutos, no obstante otros estudios señalan tres horas; en madera el virus está activo entre dos y cinco días, por citar sólo algunos ejemplos. También se ha reportado su estabilidad en diferentes condiciones ambientales, por ejemplo, a una temperatura de cuatro grados centígrados el virus es más efectivo y estable que a temperaturas más elevadas.

Luego, el especialista habló de la desinfección del material y estableció la diferencia entre la sanitización y la desinfección. En el primer caso hay una reducción de microorganismos y en la segunda se inactiva a los virus hasta en un 99.99%, justamente de lo que se trata en estos momentos con la pandemia es la inactivación del virus, pues se trata de un agente bastante agresivo e infeccioso, indicó.

Yerko Quitral agregó que lo anterior no es un factor determinante para desinfectar todo lo que hay en una biblioteca, primero se debe determinar qué tipo de material se puede desinfectar porque todo depende de sus características de conservación. También, hay que procurar que el proceso sea realizado bajo la supervisión de un especialista en la materia. De igual forma, los métodos de aplicación de los desinfectantes también deben ser muy precisos para evitar dañar el papel, las cubiertas y las tintas del acervo. Advirtió, que si se trata de material patrimonial por ningún motivo se debe desinfectar con hipoclorito de sodio, cloro, timol, calor, jabones, amonios cuaternarios y ozono.

En este intercambio de experiencias, todos los conferencistas coincidieron en que una de las formas más efectivas para combatir la pandemia de la Covid-19, es la cuarentena del material bibliotecario y de las personas, mientras no se cuente con una vacuna o un antiviral eficaz, que nos lleve a establecer la normalidad de las actividades humanas.

El foro virtual fue moderado por el maestro Ricardo Paquini Vega, técnico académico del Laboratorio de Restauración y Conservación, de la Subdirección de Servicios Bibliotecarios, de la DGB.

Reseña informativa: Ma. del Rosario Rodríguez León