*Tema tratado en el I Coloquio Internacional sobre Arquitectura y Ambientes de Bibliotecas

Las constantes demandas de nuevos servicios y espacios bibliotecarios han hecho necesaria la remodelación, adecuación y construcción de nuevos edificios. A su vez, se ha tenido que ir dejando atrás el modelo de la biblioteca tradicional, lugar donde se ubicaba una enorme estantería conteniendo el material destinado para los usuarios, pero con diversas limitaciones porque las áreas de lectura estaban rodeadas con dichos implementos, convirtiendo los ambientes en lugares oscuros y con poca visibilidad al exterior. Esta situación se suma al deterioro de los viejos edificios y la humedad contenida en sus muros, llegando a poner en riesgo el acervo, las valiosas colecciones y otro tipo de material que se resguardan en ellos.

Dicho panorama se relaciona con la estructura, funcionamiento y diseño de los espacios bibliotecarios, de ahí la necesidad de abordar la temática desde un punto de vista multidisciplinario, como se marca en el objetivo del Primer Coloquio Internacional sobre Arquitectura y Ambientes de Bibliotecas, titulado “La Biblioteca Universitaria: para el aprendizaje, la investigación, la lectura y la cultura”, organizado por la Dirección General de Bibliotecas (DGB) y la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), así como la coorganización de otras entidades académicas de la UNAM y unas más externas nacionales e internacionales.

En este sentido, la directora general de Bibliotecas, doctora Elsa Margarita Ramírez Leyva, agradeció todo el apoyo brindado y mencionó que el coloquio surgió a partir de una serie de seminarios organizados en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, bajo la coordinación de la doctora Celia Mireles Cárdenas, y que en posteriores pláticas con la titular de la DGB convinieron en transformarlo en coloquio con la intención de abordar los temas relacionados con la arquitectura y los ambientes en el campo de las bibliotecas. En cuanto a la entidad sede del coloquio, se consideró que fuera la DGB por ser la responsable de la planeación, remodelación y construcción de los edificios del Sistema Bibliotecario y de Información de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Inauguración del Coloquio: Dr. Leonardo Lomelí Vanegas, Secretario General de la UNAM (centro), Arq. Juan Carlos Hernández White, Secretario General de la Facultad de Arquitectura de la UNAM (der.), Dra. Elsa M. Ramírez Leyva, Directora General de Bibliotecas de la UNAM (izq.), Mtro. Gabriel Vázquez Fernández, Secretario General de la Facultad de Psicología de la UNAM (der.), y la Dra. Celia Mireles Cárdenas, líder del Cuerpo Académico Servicios y Políticas de Información de la UASLP (izq.).
Inauguración del Coloquio: Dr. Leonardo Lomelí Vanegas, Secretario General de la UNAM (centro), Arq. Juan Carlos Hernández White, Secretario General de la Facultad de Arquitectura de la UNAM (der.), Dra. Elsa M. Ramírez Leyva, Directora General de Bibliotecas de la UNAM (izq.), Mtro. Gabriel Vázquez Fernández, Secretario General de la Facultad de Psicología de la UNAM (der.), y la Dra. Celia Mireles Cárdenas, líder del Cuerpo Académico Servicios y Políticas de Información de la UASLP (izq.).

 

En cuanto a los proyectos de los nuevos edificios que se han construido a lo largo de los siglos XX y XXI en diversos países, la doctora Ramírez Leyva añadió que sorprenden por sus dimensiones, diseño y versatilidad, “pero lo que más asombra es que, ante el presagio de la posibilidad de la extinción de las bibliotecas y el desarrollo de las tecnologías de la información, desanimaría a los usuarios a asistir a ella. Sin embargo sucedió todo lo contrario, porque ahora se ven más bibliotecas nuevas en muchos países”. En el caso del nuestro, se tiene el ejemplo de estados como Puebla, Nuevo León, Morelos, y la propia Biblioteca Central de la UNAM que, aún con sus más de 60 años, hoy todavía es objeto de admiración por su murales, funcionalidad, la eficiencia en su servicios y por sus características arquitectónicas.

“Al respecto de las tendencias en los ambientes bibliotecarios, se hace énfasis al colocar al usuario en el centro de atención, porque alrededor de ellos se están creando espacios destinados para la lectura individual o colectiva, áreas para actividades culturales, cafeterías, mobiliario adecuado, modernas herramientas tecnológicas, información documental electrónica y servicios como la web, los blogs y Facebook, iluminación adecuada, implementos para los dispositivos y espacios dotados de áreas verdes, indispensables para el bienestar del ser humano”.

En la inauguración se contó con la presencia del secretario general de la Facultad de Arquitectura, arquitecto Juan Carlos Hernández White, del secretario general de la Facultad de Psicología, licenciado Gabriel Vázquez Fernández, y el secretario general de la UNAM, doctor Leonardo Lomelí Vanegas, quien dijo que la biblioteca académica continúa desempeñando en nuestros días un papel de vital importancia, muy a pesar de que la información que ofrecen los recursos electrónicos, sobre todo en el ambiente de la educación superior, es cada vez más eficaz.

Esto se debe a que la biblioteca organiza, conserva, preserva y facilita el acceso y uso de contenido indispensable para el aprendizaje. Igualmente ofrece espacios adecuados, acordes a las diferentes actividades académicas y culturales. De hecho, se sabe que la tendencia actual es convertir a las bibliotecas en espacios de aprendizaje y difusión de la cultura. Del mismo modo, se destinarán áreas de lectura informal, e individual; infraestructura tecnológica; recursos didácticos dedicados a la investigación, la cultura y espacios para el esparcimiento.

Aunado a lo anterior, el doctor Lomelí reconoció esta gran labor, pues la DGB -a su vez- participa como asesora en la planeación, la construcción y remodelación de espacios físicos y virtuales en el campo de las bibliotecas universitarias. Por lo anterior, consideró como un acierto el haber abordado un tema tan relevante en este primer coloquio, e hizo un voto de confianza para que se cumplieran todos sus objetivos.

Por su parte, la doctora Celia Mireles indicó que a través de las experiencias obtenidas en la construcción y remodelación de espacios bibliotecarios que se llevaron a cabo entre los años de 1995 al 2000, en los diversos estados de la República Mexicana, a cargo de importantes arquitectos como el actual rector de UASLP, maestro Manuel Fermín Villar Rubio, y el arquitecto Roberto José Ancona Riestra y el maestro J. Alberto Arellano Rodríguez de la Universidad Autónoma de Yucatán, quienes iniciaron esa transformación y se percataron de que cada vez más dichos espacios se convierten en un referente en la educación universitaria.

Abundó en que desafortunadamente en nuestro país se tiene poca información al respecto, tampoco se sabe mucho de su desarrollo, historia y sobre todo de la evaluación que los usuarios hacen de ello. En este sentido, lo que se ha venido desarrollando en los seminarios anteriores a este coloquio deja abierta la posibilidad para el desarrollo de estudios que vayan llenando esos vacíos informativos.

Para bien de todo, el seminario cobró tal relevancia que fue solicitado por otras bibliotecas ubicadas en otros estados de la República. Y ahora, convertido en coloquio gracias a la visión de la doctora Ramírez Leyva, de esta forma se realiza por primera vez en la UNAM; justamente faltaba tener la visión del centro. De igual forma, se espera que se siga expandiendo su cobertura regional.

Por lo que toca a la estructura del evento, consistió en tres conferencias magistrales y seis mesas redondas, dictadas por especialistas de la bibliotecología, la psicología, arquitectura y la informática, provenientes de España, Reino Unido, Estados Unidos de América y México, los cuales abordaron una temática integral como son: las tendencias de los modelos de edificios y espacios en las bibliotecas; la participación de la comunidad universitaria en la planeación de espacios físicos; la biblioteca como un buen ambiente para trabajar, estudiar y colaborar a través de la percepción de la psicología ambiental; la sustentabilidad, inclusión social y seguridad; la evaluación de los edificios bibliotecarios; normas y estándares; experiencias en la construcción y tendencias.

Consideraciones importantes se desprendieron de las participaciones de los ponentes, tales como el hecho de que se deben abrir los espacios bibliotecarios para brindar más apoyo en el bienestar de los usuarios, debido a que se sabe que las personas en general pasan hasta un 90 por ciento de sus vidas rodeadas por cuatro paredes. Atrás quedó el tiempo en que el ser humano regía sus tiempos biológicos mediante la recepción de la luz solar, porque esta le informaba la hora de ir a dormir y levantarse. En la actualidad se utilizan los dispositivos electrónicos a cualquier hora del día, perdiendo el sentido del tiempo. Asimismo, se acostumbra tomar aire fresco, hoy se utilizan grandes sistemas de calefacción y enfriamiento, contribuyendo de esta forma al deterioro del medio ambiente.

“Dichas situaciones comprometen la salud mental y física de las personas, no sin considerar los materiales de construcción de los edificios, el mobiliario y los materiales tóxicos para la limpieza y el polvo, entre otros factores nocivos. A todo ello se suma una práctica muy común entre las personas, la de revisar constantemente el celular, que en promedio se ha considerado que se hace cada cuatro minutos haciendo que se pierda la concentración de lo que se realiza”.

Es por ello que, entre las diversas políticas que se han implementado para las bibliotecas, se indica que se deberían establecer lugares libres de dispositivos electrónicos y espacios adecuados para la relajación de los usuarios, que pasan largas jornadas de estudio. En cuanto a algunas características que marcan las tendencias actuales, los edificios deberían contener sombreados y ventilaciones naturales, donde el aire corra libremente y se aproveche al máximo la iluminación, indicando las zonas de los espacios de silencio y los de trabajo en grupo.

En este moderno concepto, los espacios amplios y las áreas verdes juegan un papel fundamental para el bienestar de las personas y los ciclos biológicos, porque si no se puede acceder al exterior dichos espacios resultan agradables a la vista. Además se deben incluir espacios destinados para la distracción y recreación, como: pequeñas salas cinematográficas o teatrales; salas para el montaje de exposiciones temporales, para juegos interactivos y cafeterías o máquinas expendedoras de alimentos.

Sería el camino previo para convertir a estos recintos en una especie de complejos culturales, o en bibliotecas diferentes, donde se apueste por la tecnología, la inclusión social; donde se conozcan los hábitos de consumo de los usuarios, se tome en cuenta sus peticiones, relativas al tipo de servicios, atención personalizada, material, espacios adecuados, implementos tecnológicos (redes sociales, páginas web, apps y otros más), y al mismo tiempo que se apoyé a los profesores en sus actividades de enseñanza al sugerir la bibliografía más adecuada y actualizada.

En cuanto a la presentación de las bibliotecas que ya cuentan con este tipo de servicios, se dijo que en el caso de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla lo primero que se hizo fue conocer algunos proyectos de nuestro país y fuera de él, luego se llevó a cabo la planeación y definición de espacios. Después se dieron a la tarea de convencer a los directivos para su ejecución, quienes a su vez acudieron a las instancias gubernamentales para solicitar el apoyo económico. Se destacó que se dedicó un espacio considerable para realizar actividades infantiles, un evento donde los cómics ganaron un lugar considerable. También se organizan ferias de libros y se estableció la promoción para el uso de la bicicleta, para lo cual se adaptaron espacios exclusivos.

Otro ejemplo fue un caso español, donde se habló sobre el nuevo entorno común que reúne todos los servicios universitarios de apoyo al aprendizaje, la docencia y la investigación, denominado Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación, el cual se relaciona con las tecnologías de la información y las tecnologías para el aprendizaje y el conocimiento. En este modelo participa toda la comunidad y tiene como misión proporcionar servicios bibliotecarios, informáticos y audiovisuales de calidad.

En cuanto a las características físicas, se decidió eliminar la estantería y en su lugar adaptar espacios digitales y colaborativos, donde los usuarios son agentes activos que generan información. La biblioteca por su parte es un agente facilitador de contenido, de plataformas para la enseñanza virtual, de cursos en línea, pues la transformación digital es un motor de cambio para los modelos educativos de las universidades.

Este tipo de valores agregados han logrado la revaloración de los servicios bibliotecarios, además se complementan con la formación de competencias digitales, con la creación de repositorios institucionales y la utilización de los llamados servicios de descubrimiento. En fin, todas estas tendencias se vinculan con el plan estratégico de la transformación del espacio bibliotecario y con el plan de necesidades de los usuarios de las diversas bibliotecas. Porque los impactantes edificios que las albergan se han convertido en lugares de encuentro, dotados de espacios colaborativos y formadores de comunidades virtuales. Ahora el negocio son las personas y no la información, en el sentido de que la biblioteca se edifica para lograr el éxito de los alumnos, pero también para ofrecerles un lugar flexible, tolerante y holístico, gracias a los audaces diseños de afamados arquitectos que cada vez presentan diseños propios del siglo XXI. En este contexto se hicieron presentaciones de los procesos y diseños arquitectónicos de bibliotecas universitarias como la de Sevilla, del ITESM campus Monterrey, y la de El Colegio de México.

Otros temas relacionados con esta complejidad arquitectónica giraron en torno a la psicología ambiental, porque permite observar el comportamiento de los usuarios de acuerdo al ambiente en el que conviven. De ello, sorprende que un gran número de usuarios prefieren el estudio en solitario, pero lo hacen dentro de la biblioteca porque no les disgusta estar rodeados de otras personas, y disfrutan mucho al trabajar dentro de un entorno agradable, con buena iluminación, mobiliario cómodo y con la posibilidad de obtener todos los recursos que requieren, porque la mayoría de ellos usan las bases de datos en línea y todos los recursos electrónicos que les ofrece la biblioteca.

Esto es un factor de motivación para lograr un mejor desempeño, porque si el entorno no es agradable (mucho ruido, poca iluminación, temperaturas extremas, butacas incómodas, tecnología obsoleta, o falta de áreas verdes) se puede alterar la conducta de las personas y su estado de ánimo puede inclinarse a la depresión o irritabilidad. Para ello se deben efectuar encuestas para considerar todos estos aspectos; es una forma de evaluación para la mejora en la calidad de los servicios, porque se debe ofrecer amplitud, confort, conexión a internet, limpieza, orden, funcionalidad e inclusión social.

Por otro lado, están los servicios de referencia, los ambientes digitales, los servicios en la nube y el aspecto de la sustentabilidad, que hoy en día es una tendencia que hay que atender en todas las áreas del desarrollo humano, debido al deterioro del medio ambiente que se ha agudizado en las últimas décadas.

En esto, las bibliotecas no se han quedado atrás, hoy en día se cuenta con proyectos que contemplan el uso de paneles solares, captación pluvial, estaciones climatológicas, áreas verdes. Esto forma parte del cumplimiento de los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), cuyo objetivo es poner fin a la pobreza, luchar contra la desigualdad y la injusticia, y hacer frente al cambio climático sin que nadie quede atrás para el 2030. Es por ello, que este tipo de construcción no solamente contribuye a mejorar el ambiente, también la salud de los usuarios y la de todo el personal que labora en ellas.

En México se cuenta con una biblioteca sustentable, ubicada en el poblado de Tepoztlán, Morelos, es cien por ciento ecológica y cuenta con la certificación ENERGY STAR otorgada por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.

Por último, además de contemplar los aspectos que caracterizan a estos nuevos espacios multifuncionales, donde los expertos en el tema consideraron que la biblioteca del siglo XXI debe ser interactiva, funcional y colaborativa, se tocó una parte fundamental que tiene que ver con las normas y estándares en su construcción; así como las etapas que se deben especificar en el sentido técnico, administrativo y financiero.

Exposición Fotográfica: Bibliotecas Universitarias en el siglo XXI”, en la Galería José Luis Benlliure, de la Facultad de Arquitectura de la UNAM.
Exposición Fotográfica: “Bibliotecas Universitarias en el siglo XXI”, en la Galería José Luis Benlliure, de la Facultad de Arquitectura de la UNAM.

 

Es fundamental considerar las siguientes fases: decisión para construir; elaboración del programa; elección de la ubicación; elaboración del proyecto; adjudicación de la obra; proyecto del mobiliario; construcción del edificio; puesta en marcha del equipamiento y -por último- su apertura.

En el marco del coloquio se llevaron a cabo la presentación de un libro, cursos vivos (denominados así debido a que incluyen visitas guiadas) en las modernas bibliotecas de las entidades académicas que participaron, como es la Facultad de Medicina de la UNAM y El Colegio de México, así como una exposición titulada “Bibliotecas Universitarias en el siglo XXI”, donde se mostraron bibliotecas que a simple vista impresionan por su belleza y diseño arquitectónico, realizada bajo la curaduría del arquitecto Mauricio Trápaga Delfín, profesores y alumnos del Diplomado de Museografía de la Facultad de Arquitectura, sede principal del evento, la cual permanecerá abierta hasta el próximo primero de junio de 2018.

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Reseña: María del Rosario Rodríguez León
Fotos: Julio Zetter Leal