*Se puede aprovechar el tiempo de confinamiento como un factor de unión familiar y de reflexión personal.

El video de esta actividad se encuentra disponible en:
https://youtu.be/SMKchwYlIyM

En los recientes tiempos en que el brote de la epidemia del coronavirus (COVID-19) llevó a la población mexicana a permanecer en sus casas, sin poder salir de ellas (a menos que fuera muy necesario), igual que para el resto del mundo, ello obligó a cambiar las formas de mantener contacto con las demás personas. También provocó la paralización de muchas actividades cotidianas. Pero, como el ritmo de la vida no se puede detener, así de golpe y porrazo, como dice el refrán, se han buscado alternativas para continuar trabajando desde casa.

En tal sentido, el Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información de la UNAM, organizó el foro virtual “La lectura en tiempos del COVID-19”, en el marco del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor”, así como en el de la Fiesta del Libro y la Rosa 2020, efectuados el pasado 23 de abril.

La coordinadora del Foro, doctora Elsa Margarita Ramírez Leyva, también directora general de Bibliotecas (DGB) de la UNAM, durante el evento señaló que debido al confinamiento que todos debemos mantener se han tenido que desarrollar nuevas capacidades para poder realizar reuniones virtuales como este foro, que logró reunir a especialistas de diversos países para hablar sobre el tema.

 

 De izq. a der.; Leticia Carrera, Natalia Duque, Sergio Suárez, Elsa Ramírez, Olivia Jarvio, Daniel De Lira y Yudit Rovira.
De izq. a der.; Leticia Carrera, Natalia Duque, Sergio Suárez, Elsa Ramírez, Olivia Jarvio, Daniel De Lira y Yudit Rovira.

 

Asimismo, la doctora Ramírez Leyva estableció que en estas circunstancias “se puede aprovechar el tiempo para restablecer lazos familiares que se habían roto, debido a la constante demanda de tiempo de la agitada vida moderna. En consideración de esto, la lectura puede ser un factor de unión y de reflexión de todo lo que nos rodea, en torno a este tema”.

Añadió que a pesar de que se viven momentos difíciles, esto puede servir como una oportunidad para observar lo que hay a nuestro alrededor. “Es como una forma de leer nuestro entorno, de poner atención en todos nuestros sentidos, sería como una especie de terapia para dejar que surjan nuestras emociones, para lograr la reconstrucción de nuestro ser, y para eso, la lectura y las bibliotecas, resultan ser de gran ayuda”.

También dijo que hay que prepararnos para un futuro incierto, al aprender nuevas formas laborales y de estudio. Por ejemplo, hay que poner en práctica el trabajo colaborativo, multidisciplinario y multicultural, como se ve hoy en día en el ámbito de la ciencia y la docencia.

Señaló, que en el caso particular de las bibliotecas eso podría aplicarse en el manejo de grandes volúmenes de información, a través de lo que nos ofrecen las tecnologías de información. Además, se cuenta con diversos programas de fomento a la lectura, cursos y talleres que la DGB organiza cada año, de forma presencial y a distancia. “Se podría decir, que poco a poco, nos hemos insertado en este nuevo esquema virtual, indicó”.

Después de esta breve introducción al foro, cedió la palabra a la doctora Olivia Jarvio Fernández, de la Universidad Veracruzana en México, quien con un enfoque reflexivo habló sobre las posibilidades que nos brinda el aislamiento social, para acercarse a los libros y hablar sobre la pandemia provocada por la COVID-19.

A su parecer, resulta difícil de creer que esa situación se produzca en estos tiempos, cuando se pensaba que el acelerado desarrollo tecnológico y científico había colocado a la sociedad en su mejor momento. Donde la esperanza de vida había crecido para todo el mundo surge una pandemia, al igual que sucedió en otras épocas. Justo cuando se creía que no volvería a suceder algo así.

 

 Olivia Jarvio Fernández, de la Universidad Veracruzana en México.
Olivia Jarvio Fernández, de la Universidad Veracruzana en México.

 

Expresó que después de que la ciencia y la medicina han trabajado intensamente en el combate de enfermedades como el cáncer, la diabetes y el alzheimer, así como en la búsqueda de vacunas para poder erradicar otras más, “nos enfrentamos a un virus que está matando a muchas personas en diversas partes del mundo”.

Como parte de sus reflexiones, hizo un llamado para guardar la esperanza de que esa situación pase pronto y mientras tanto, hay que aprovechar el tiempo para leer libros o contar historias a los niños. Y para los más grandes, sugirió lecturas como las de Saramago, o Albert Camus, porque este último escritor en uno de sus libros habla de la labor humanitaria de unos médicos en medio de la desolación causada por una plaga.

Luego, tocó el turno a la doctora Judith Rovira Álvarez, de la Universidad de Pinar del Río, en Cuba. Su participación se enfocó en la labor de los jóvenes universitarios como promotores de la lectura en estos momentos donde se ve afectada la salud de la población. Junto a ello, consideró la necesidad de fortalecer la educación superior para poder enfrentar la situación epidemiológica de la COVID-19, que va en ascenso.

Comentó que se sabe, que en muchos países los universitarios están contribuyendo en esta noble actividad, pero en Cuba se reconoce a los estudiantes como formadores de otros actores sociales. Porque se han insertado en los hospitales de forma voluntaria para llevar a cabo la promoción de la lectura, como una forma de apoyar a los adultos mayores, y para la transmisión de mensajes cargados de optimismo a través de las redes sociales.

 

 Judith Rovira Álvarez, de la Universidad de Pinar del Río, en Cuba.
Judith Rovira Álvarez, de la Universidad de Pinar del Río, en Cuba.

 

De igual forma, la doctora Rovira Álvarez dijo que esta actividad de promoción de la lectura coincide con el modelo de su universidad, relativo al sentido humanista, científico, moderno, tecnológico y de compromiso social.

Enseguida, la doctora Natalia Duque Cardona, de la Universidad de Antioquia, Colombia, mostró un libro infantil titulado Es así y explicó de forma breve su contenido, porque -como dijo-, “un libro con pocas imágenes y texto es capaz de mostrar que el presente es el único momento que se debe disfrutar, para luego despedirse de este mundo”.

Luego, señaló que la literatura infantil no tiene restricciones, como pasa con otro tipo de literatura como la médica o la jurídica, pues están dirigidas a un público específico y la literatura infantil la pueden leer niños y adultos.

 

 Natalia Duque Cardona, de la Universidad de Antioquia, Colombia.
Natalia Duque Cardona, de la Universidad de Antioquia, Colombia.

 

En este sentido, indicó, hay que señalar que el valor contenido en la literatura infantil no es apreciado por todos, ya que se ubica hasta el final de la fila editorial. De igual forma, se ha privilegiado más a los autores que al mismo texto.

De acuerdo al sentir de la doctora Duque, en la literatura infantil se han encontrado formas de nombrar lo innombrable, como en el libro de Es así, porque éste muestra con bellos mensajes el tema de la muerte y plantea una forma lúdica de cómo explicar a los niños este doloroso proceso. En sus palabras, es una forma de avivar los sentimientos más profundos de las personas en estos tiempos en que la pandemia del COVID-19 agobia a la humanidad. Finalizó su intervención con un poema de José Emilio Pacheco.

Posteriormente, el doctor Sergio Suárez Ramírez, de la Universidad de Valladolid, España, habló del sentimiento de añoranza que le provoca estar lejos de su entorno, porque es una persona que disfruta mucho el contacto con la naturaleza.

Por ahora, y debido a la cuarentena, la única forma que él ha encontrado para sobrellevar el momento ha sido la lectura y la escritura. Pues al estar rodeado de cuatro paredes su imaginación le ha llevado a describir los bellos paisajes que rodean su entorno universitario.

 

 Sergio Suárez Ramírez, de la Universidad de Valladolid, España.
Sergio Suárez Ramírez, de la Universidad de Valladolid, España.

 

Puntualizó que ambas actividades son herramientas que brindan la oportunidad para conectarse con el mundo exterior, los recuerdos y los sentimientos se han activado debido al encierro. Pero, “se podría decir que esto ayuda para que podamos razonar sobre el repentino cambio de una vida. Pudiera ser, una oportunidad para pensar en los demás y convertirnos en personas más solidarias”.

Por otro lado, dijo que en el centro educativo donde trabaja, se ha sacado provecho de las tecnologías para que los estudiantes formen parte de un proyecto, que les brinda la oportunidad de escribir sobre las imágenes naturales de los lugares donde estudian y de sus entornos más cercanos. Comentó que hasta el momento se cuenta con doscientos relatos.

Para terminar, Sergio Suárez mencionó que el libro de Tristan Gooley Guía para caminantes es una obra que propone -en todos sus sentidos- voltear a ver la naturaleza, y también recordar a nuestros ancestros.

Enseguida, la maestra Leticia Carrera López, de la Dirección General de Bibliotecas (DGB), habló de la obra de Michèle Petit El arte de la lectura en tiempos crisis, donde la autora plantea que hoy en día es necesario retomar aspectos como la hospitalidad y la disponibilidad, porque se ha observado que con el acelerado ritmo de vida, las personas se han vuelto más insensibles frente a los demás.

 

Leticia Carrera López, de la Dirección General de Bibliotecas (DGB), México.

 

Afirmó que estos aspectos resultan muy oportunos para ser considerados por los promotores de lectura, en particular en la etapa por la que atravesamos. De igual modo, indicó que hay que aprovechar que los espacios laborales se transformaron a lo digital. “Esto podría ser una oportunidad para poner en práctica la lectura en voz alta, y mostrar nuestra disponibilidad con las personas más vulnerables en este aislamiento social”.

En este sentido, Leticia Carrera se refirió a esta noble tarea de la promoción de la lectura, como si fuera una especie de “apuesta por la oralidad”, porque la voz juega el papel más importante para poder establecer vínculos más estrechos.

“Justo en estos momentos de aislamiento se puede tener tiempo para analizar la actividad desarrollada por el promotor de lectura frente a la comunidad. También, de revisar lo que se ha trabajado hasta el momento en el ámbito psicoterapéutico, para poder adaptar, mejorar o renovar nuestros enfoques como promotores de la lectura y luego montarlos en las diversas plataformas digitales”, declaró.

Añadió que algo que no debe dejarse de lado, y que tiene que ver con la revisión del compromiso que deben tener los promotores de la lectura, frente a su comunidad relativo a la preocupación por conocer las circunstancias que rodean a las personas, pues habrá muchas que cuenten con los recursos tecnológicos para poder recibir los beneficios de la lectura virtual, “pero qué pasa con los que no cuentan con esta posibilidad”. Al respecto, señaló Leticia Carrera, que la DGB se ha preocupado por estas personas y se han desarrollo talleres, cursos y charlas para poder cerrar la brecha tecnológica, al acudir a los lugares donde se encuentra este tipo de usuario.

Por último, el doctor Daniel de Lira Luna, de la Universidad del Claustro de Sor Juana, en la Ciudad de México, nos sumergió en la lectura a través de su participación titulada “Saberes y sabores de la lectura: consumir vanidades de la vida”, y de forma muy particular hizo una serie de preguntas sobre los libros, por ejemplo: si los libros conservan y guardan sabores, si éstos son gratos o digestivos, y cómo podrían ser los sabores de un libro.

Porque indicó “la lectura también produce placer, deleite y gozo, y bien se podría aprovechar la cuarentena para tomar un libro y realizar una lectura tranquila, pausada, como a fuego lento”.

 

 Sergio Suárez Ramírez, de la Universidad de Valladolid, España.
Sergio Suárez Ramírez, de la Universidad de Valladolid, España.

 

Después de hacer una reflexión de esta habilidad de leer despacio y de sus efectos placenteros, dijo que en 1986 nació el Movimiento Slow Food, el cual proponía el derecho a disfrutar la comida. De igual forma, “se debe disfrutar de la lectura, para degustarla lentamente, y luego poder apreciar su estética y su valor”.

Para finalizar dijo: ”así como la comida que se obtiene de forma natural puede incrementar nuestra calidad de vida, la buena lectura contribuye a nuestro crecimiento intelectual”. Luego citó a Alberto Manguel, que entre otras cosas dice: “puede que los libros no cambien nuestro sufrimiento, pero nos conceden la posibilidad de cambio y de iluminación”.

Reseña Informativa: María del Rosario Rodríguez León

El video de esta actividad se encuentra disponible en:
https://youtu.be/SMKchwYlIyM