El flautista Horacio Franco hizo una presentación gratuita en la Biblioteca Central

Dentro de las tareas sustantivas de la Dirección General de Bibliotecas (DGB), las actividades culturales han tenido un lugar importante en el marco de los festejos del 60 aniversario de la Biblioteca Central y los 50 de la DGB. En este sentido se cuenta con un programa cultural orientado al fomento de la lectura, apoyado por artistas de primer nivel como es el caso del flautista de talla internacional Horacio Franco.

Para dar la bienvenida a tan distinguido invitado la directora general de Bibliotecas, doctora Elsa Ramírez Leyva, indicó que Horacio Franco es un ejemplo a seguir pues desde su infancia mostró gran tenacidad para alcanzar sus metas profesionales, hasta convertirse en un referente musical que ha tocado diversos foros internacionales poniendo el nombre de nuestro país en alto.

La expectación del público asistente se mezclaba con su emoción por escuchar las piezas musicales de Horacio Franco, y en el momento de su llegada fue recibido con un fuerte y caluroso aplauso. Posteriormente se guardó silencio para poder escuchar la interpretación de Fantasías para flauta, de George Philipp Telemann. El artista interpretó dos piezas y en seguida se dirigió a los asistentes con una actitud muy familiar para señalar que decidió incluir en su repertorio al gran compositor Telemann como un homenaje a 250 años de su muerte.

La forma magistral de tocar la flauta mostró claramente la razón por la cual Horacio Franco es uno de los artistas mexicanos más reconocidos a nivel nacional e internacional. Su amor por la música nació en su infancia y lo llevó a realizar estudios en el Conservatorio Nacional de México y posteriormente en el Conservatorio de Ámsterdam, donde obtuvo el grado de Solista Cum Laude.

Al hablar de su trayectoria se podrían llenar varias hojas, pues se le han contabilizado 38 años de fructífero trabajo; por lo tanto, es necesario mencionar que ha sido aclamado por la crítica internacional como uno de los más importantes ejecutantes de flauta de pico. Su impulso por la música antigua lo llevó a fundar la primera orquesta barroca de México. Y qué decir de su vitalidad física y emocional, es impresionante pues ofrece alrededor de 150 concierto anuales.

Sus presentaciones artísticas lo han llevado a recorrer los cinco continentes para deleitar el oído de los más exigentes, y su portentosa figura ha pisado importantes recintos como el Palacio de Bellas Artes, el Carnegie Hall, la Sala de la Filarmónica en Berlín, entre muchos más.

El talento del maestro Horacio Franco no tiene límites, porque también ha participado en proyectos educativos, se desempeña como docente y apoya a sectores marginados de la sociedad. Esto habla de un ser humano bondadoso y preocupado por llevar la música culta a los menos favorecidos socialmente.

En lo referente a los alumnos asistentes de primer ingreso, les dirigió un mensaje alentador invitándolos a reflexionar sobre el significado de haber sido aceptados como alumnos en una de las universidades más emblemáticas del país. También los exhortó a realizar con mucho amor y dedicación la actividad de su preferencia, ya sea como profesionales, técnicos o algún oficio, porque todas en su conjunto merecen respeto y reconocimiento. Al final de todo, lo más importante es dar lo mejor de cada quien.

Durante la interacción con el público, Franco se dijo preocupado por la situación política, económica y social que vive el país, y la única salida viable que él visualiza para llevar a cabo un cambio es por la vía del trabajo honesto y la activa participación social para lograr erradicar los actos de corrupción que desafortunadamente han aumentado en diversos sectores.

Este mensaje le mereció un doble aplauso. Y continuó con su programa musical, sentado en el mismo lugar en el que Juan O’Gorman permaneció por mucho tiempo durante la construcción de la Biblioteca Central tocando esas hermosas piedras de colores con las que la revistió hasta convertirla en una obra monumental.

Nota Inf.: Ma. del Rosario Rodríguez León

Fotos: Julio Zetter Leal